María Bascón
Venimos de miles de años de represión. Las mujeres de todo el mundo tenemos algo en común, nuestra sexualidad y nuestras voces han sido castradas ferozmente a lo largo de la Historia.
Por desgracia, aún sigue ocurriendo en mayor o menor medida en cada país, en cada rinconcito del planeta. Resulta curioso que pese a las diferencias políticas, sociales, culturales, religiosas y antropológicas, las mujeres llevamos el ambiente impreso en nuestro cuerpo a base de tensión. Esto se conoce como «embodiment», y es la muestra de la somatización de lo que vivimos en nuestro día a día.
Nuestro cuerpo está cansado de poner «alertas» inconscientes ante miles de situaciones cotidianas como dar un paseo sola de noche o en mitad de un bosque, como vestirse de una forma u otra, poder o no cuidar de tus críos, renunciar a tus sueños porque la conciliación es nula, ser juzgada por ser libre, etc. Nuestro cuerpo activa el sistema nervioso simpático de forma inconsciente cada vez que siente que «tiene que protegerse», cada vez que no puedes hacer lo que tu cuerpo te pide, o eres juzgada por ello. Por eso parimos con dolor, tenemos síndromes premenstruales, menstruaciones incómodas, menopausias sofocantes, por eso algunas patologías ginecológicas.
Nuestro cuerpo habla sobre lo que nuestros corazones sufren.
La mayoría de las mujeres tienen el útero espástico, tenso, la pelvis tensa y eso repercute directamente en el sistema nervioso y en su salud general. ¿Cómo te quedas guapa?
1. La simpaticotonía excesiva afecta a tu microbiota, sistema de mucosas, sistema inmune creando permeabilidad intestinal e inflamación sistémica de bajo grado. Esto desencadena en enfermedades autoinmunes (tiroides, esclerosis múltiple, psoriasis), reuma y traumatológicas (artritis, artrosis, fibromialgia, fatiga crónica, dolores musculares, contracturas, osteoporosis), o cosas tan bonitas como la diabetes tipo 2 o el alzheimer. Por no hablar de la endometriosis, los ovarios poliquísticos, las dismenorreas, miomas, etc.
2. La alerta provoca espasticidad y tensión en suelo pélvico y útero, y eso se transmite a todo el sistema nervioso. Porque suelo pélvico, médula y cerebro están íntimamente conectados a través de las meninges y aponeurosis (unas envolturas que protegen y arropan a nuestro sistema nervioso central).
Siempre que tensas tu suelo pélvico (por ejemplo contrayendo la musculatura del ano o de la vagina), estás «apretando» un poquito al cerebro dentro del cráneo. Cada vez que los relajas, el movimiento llega a toda la médula (espalda) y a toda la cabeza.
3. En estado de alerta (simpaticotonía) segregamos adrenalina y corticoides (más tensión corporal) en estado parasimpático segregamos oxitocina y endorfinas entre otras (hormonas del placer y el bienestar, anestesia pura para el cuerpo y para el alma)
Si no te lo crees, ponte las manos en el clítoris (en la vulva) o en el útero (por encima del pubis) mientras ves las noticias. Ya verás cuántas veces se te «encoge» todo cuando escuches las muertes y cositas varias que les pasa solo a las mujeres por ser mujeres. Ya verás lo que vas a alucinar.
Por eso es tan importante autocoñocerse, y si, sé que no es una palabra bonita para muchos, incluso puede parecer vulgar, y no la digo porque no sepa hablar técnicamente correcto. La digo como reseña al acto de conocer tu suelo pélvico, tus genitales, tu sexualidad, tus partes más íntimas. Es necesario mapear cerebralmente esa zona, volver a conocerla, para poder relajarla, para elegir vivir en libertad y no en alerta. Y sí, se puede, aunque parezca utópico.
Es una pena que nos conozca mejor otra persona que nosotras mismas. Es una pena que muchas mujeres crean que tienen bultos anómalos cuando son órganos normales y preciosos que le ayudan a vivir mejor y a tener placer.
Es una lástima que mucha gente crea que el clítoris es un botoncito y no el super órgano enorme y super conectado que es (nada más y nada menos que 8000 nervios para sentir placer).
Como fisioterapeuta especialista en mujeres y fisiosexóloga te digo que te mires, te toques, te sientas, te respires y te disfrutes. Te invito a que vuelvas a la niñez y recuperes esos días de exploración perdidos sin sentimientos de culpa, ni vergüenza, ni ocultismo. Te invito a que te autocoñozcas profundamente, cuánto más lo hagas, más apreciarás el ser maravilloso que eres y lo bien hecha que estás. Más armonía habrá en tu cuerpo y en tu mente..
Más autoamor y autocuidado. Más respeto. Más relajación. Menos alerta. Más libertad. Más luz.
Mientras tanto, puedes hacer la «meditación del clítoris» o el curso gratuito «Introducción a la Clitowifi». Ahí tienes muchas prácticas y dinámicas para conocerte mejor a todos los niveles y abrirte al gozo y al éxtasis cotidiano.
Adueñarse de tu cuerpo es un acto revolucionario de amor que puede cambiar el curso de la humanidad. Cada una tiene que hacer este acto de amor consigo misma. Para volver a ocupar el lugar que nos pertenece por derecho de nacimiento. Para volver a conectar con nuestro poder, con nuestra verdad. Sin límites, sin tabús, sin restricciones. Porque vivir es un acto sagrado y habitar nuestros cuerpos (al completo) uno de los mayores regalos.
¡Un abrazo enorme!
María
Ser Humano, Mujer & Fisioterapeuta col.ICPFA 3903