
De señorita a mujer libre
Crecí en un mundo donde ser una “buena mujer” significaba servir. En el colegio de monjas donde estudié y en mi casa, el mensaje era claro: siéntate como una señorita, eso no lo hace una señorita, tienes que ser buena. Y ser buena significaba obedecer, callar y cuidar de los