Crecí en un mundo donde ser una “buena mujer” significaba servir. En el colegio de monjas donde estudié y en mi casa, el mensaje era claro: siéntate como una señorita, eso no lo hace una señorita, tienes que ser buena. Y ser buena significaba obedecer, callar y cuidar de los demás antes que de una misma.
En la escuela nos enseñaban a coser en completo silencio. No era solo aprender a dar puntadas, sino a interiorizar que nuestras manos debían estar ocupadas en crear un ajuar para un futuro marido, mientras nuestra voz quedaba relegada a la prudencia. Con ocho o nueve años, bordábamos mantelitos para el café y manoplas para sacar del horno esas comiditas que, algún día, cocinaríamos con esmero para nuestros esposos.
En casa, la diferencia entre ser niña y ser niño era evidente. Mis hermanos tenían privilegios que yo no. Mientras ellos veían la televisión, yo limpiaba. Mientras ellos esperaban la comida, yo la preparaba. A veces, incluso, tenía que servirles como si fuera su criada.
Nos educaron en el miedo. Nos hablaron de hombres malos que nos llevarían a sitios oscuros para aprovecharse de nosotras, y de hombres buenos que, si nos querían de verdad, jamás nos tocarían un pelo. Nunca nos hablaron del deseo, del placer o del derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo.
Hoy, con más de cincuenta años, miro atrás y veo todo lo que nos robaron. Pero también veo todo lo que hemos sido capaces de recuperar. Aprendimos a hablar, a decir que no, a poner límites. Descubrimos que la libertad tiene un precio, pero que merece la pena pagarlo.
Ya no bordo mantelitos para nadie. Mis manos están ocupadas en construir la vida que yo elijo.
4 respuestas
«Las mujeres de 50 y 60 años crecimos en una sociedad que nos enseñó a aceptar el machismo, pero hoy reivindicamos nuestro derecho a vivir con autonomía, dignidad e igualdad.»
Me gusta tu relato. Es un espejo en el que puedo mirarme. Enhorabuena
Yo viví esa educación,
(Bordé un ajuar para mi boda) Para ser ,esa ama de casa «sumisa» una joven madre , responsable de sus bebes, las 24 horas ,sin una ayuda de tu pareja…
Me a costado años recorrer mi camino, a mi propia libertad y aprender a poner mis límites.
En ello estoy ,,, siempre aprendido de mujeres como vosotras , gracias 🫂
Nuestra generación creció en el miedo y como dices nos robo muchos derechos ,información, etc. Quizá hoy somos luchadoras y hemos recuperado nuestro lugar gracias a todo lo que no tuvimos .Creo que se nace con espíritu libre ,yo al menos así lo sentía ya de niña . Con 17 años recién cumplidos , en los años 70 Cogi mi maleta y mis sueños y me fui a Barcelona . Dejándolo todo aquí en un pequeño pueblo de Córdoba . Me pesaba en el alma ,me ahogaba y yo no sabía porqué, y enfermé .
Poco a poco descubrí , con alegria que ahí si encajaba mi espíritu libre .
En casa no me sentía presionada ,pero la sociedad de esa época era machista ,patriarcal en todas partes . Gracias a que viví en una región industrial ,la mente funcionaba diferente , más abierta y eso me animo a ser yo misma y unirme a movimientos por la igualdad en los que me involucré de pleno.
Enhorabuena Anz por tu compromiso en este proyecto tan bonito y necesario 🌹
Lo has descrito tal cual nos educaron de esa manera y hemos tenido que reheducarnos nosotras a fuerza de golpes que da la vida es,
Un saludo