Alexa, date cuenta

Cada vez que vemos algún contenido infantil en la plataforma de turno que toque o cuando leemos algún cuento antes de ir a dormir; mi hija pequeña de 4 años me dice “mamá, yo soy esa”. Siempre un personaje femenino el que más le gusta, la protagonista, la que gana a los malos, la más graciosa, la más rápida, la más fuerte y también la más guapa pero no necesariamente, solo si el guión lo refuerza como algo bueno. 

Los sueños de las niñas y los niños cuando son tan pequeños son auténticos, comparten la curiosidad por el mundo que les rodea, son inquisitivos y aventureros. Luego la socialización por sexo con sus mandatos asfixiantes de género hace lo propio. 

Ahora no dejo de preguntarme a quién elegiría Valentina en cada serie que veo o cuando navego por internet. También me pregunto con quién me identificaba yo cuando tenía su edad. Veo claramente la trampa. 

En la década de los 80 no había muchas niñas con las que identificarse que inspirasen grandes cosas, estábamos infrarrepresentadas y cuando éramos protagonistas los personajes eran insulsos, ñoños. Yo era fan incondicional de Bola de Dragón, una serie en la que las mujeres o eran adornos y prácticamente idiotas e infantiles o eran serviciales. Las que se salían de ese patrón eran muy pocas y todas ellas compartían la hipersexualización y que las sobaba un viejo verde de lo más entrañable sin hacer excepción alguna. La deriva de su historia siempre era con quien iban a acabar enredándose amorosamente. Luego, ¿quién no recuerda a los payasos de la tele con sus canciones “punkarras” como la de “así fregaba así así”? Lo más subversivo que tenías a mano era Heidi (ojo). 

Sí, es cierto que hoy en día hay más contenido infantil feminista, pero el patriarcado se abre siempre camino; como la vida en Jurassic Park, cuando crees que controlas te aparecen un par de huevos enormes donde menos te lo esperas1

El siguiente escenario es digital y la siguiente realidad tecnológica es claramente de hombres, según la UNESCO las mujeres ocupan menos de un tercio de los puestos en el sector tecnológico y solo el 22 % de los empleos en el área de la inteligencia artificial.

Como ya pasara con el arte a lo largo de la historia a ellos les encanta recrear mujeres, proyectarlas en su mente y dar rienda suelta a su imaginación y como no, compartirlo everywhere, porque como tú te zurres la salchicha es importante, Paco, y es arte. ¿Por qué no? 

La imagen es poderosa, lo que vemos es absorbido por nuestras retinas sin barreras, sin abstracciones. Es el lenguaje más efectivo, el primero que aprendes y es que “una imagen vale más que mil palabras” y las palabras hay que interpretarlas, la imagen no. Solo hay que ver los estragos que causa la memética para fines propagandísticos. Los memes tienen el poder de evocarte una leve sonrisa y a la vez provocar una crisis diplomática en cualquier país autodenominado democrático.

Entonces, tenemos que la imagen es importante, buscamos en el reflejo semejanzas para entender qué somos y si en algo no encajamos del todo pues copiamos y fingimos que somos así. 

No son modas, es plagio a gran escala, no son épocas, es plagio a gran escala, no es tendencia, es plagio etc. 

En este orden de cosas no se antoja tan complicado entender cómo la mirada masculina nos moldea, como barre y coloniza nuestra experiencia humana. 

John Berger, en ese documental que hizo para la BBC en los años setenta tan poco BBciense2, lo explica a la perfección mientras nos acompaña en un recorrido por algunas de las obras más importantes del Renacimiento. 

Nos habla de los desnudos repletos de mujeres sabedoras de que están siendo observadas y frente a un espejo en el que proyectar cómo deben ser vistas y que simboliza la vanidad. Una representación torticera ya que en realidad posan como el propietario de la obra quiere verlas.  “El desnudo es otro tipo de vestido que las condena a no poder estar nunca realmente desnudas” dice John Berger que además considera que solo de 20 a 30 obras de la pintura renacentista representan a la mujer como ella misma y no como objeto de deseo (de las chorrocientas que hay). 

Mensaje: las mujeres son vanidosas, quieren ser vistas y por lo tanto son culpables del modo en el que el hombre las mira. Se olvidan de decir que el punto de vista masculino y su manera de ver la vida y representarla en todas las esferas es el que impera. El hombre proyecta su ideal y la mujer se esfuerza en alcanzarlo por pura falta de referencias.

Toda la maquinaria capitalista bebe principalmente de este concepto y en esta medida se hace imposible despojarnos de la mirada masculina. Hay un mercado millonario que vive de hacernos sentir inadecuadas, inseguras, que se alimenta de que tú tengas como aspiración en la vida la belleza, porque es el reflejo en el que nos miramos y si no hay semejanzas, las copiamos y fingimos. Es el mercado, amiga. En el caso de ellos, lo importante es poseer cosas y acaparar poder. Si hay poder hay mujeres, dinero, coches caros y en el Renacimiento pues mucho cuadro enmarcado en oro y muchas tierras. Los mecenas renacentistas eran lo que hoy en día es Llados fitness. En fin, el ciclo sin fin que lo envuelve todo.

Primero nos imaginan nos reproducen en algún formato y por último nos explotan en vivo y directo en plataformas llamadas “para adultos” a la que accede cualquier menor al que, con cruel impunidad, arrebatan esa experiencia tan primigenia y visceral que es la del despertar sexual. 

La media de edad de las operaciones de cirugía estética ha bajado a los 20 años, teniendo en cuenta además que un 85% de las intervenciones es a mujeres y un 15% a varones3.

La pregunta que me planteo es si pueden los jóvenes hacer otra cosa diferente a la que hacen. Si funcionamos por pura copia ¿Pueden nuestras hijas ser libres para desnudarse de verdad, lejos de la mirada masculina? ¿De quitarse el disfraz para estar cómodas?

En esta distopía que estamos viviendo, internet está repleto de mujeres, mujeres robots, chatbots mujeres, novias IA, Deep fake de mujeres famosas, anónimas, pornovenganzas fake, pornovenganzas no fake, robots de limpieza con nombre femenino (la casualidad), presentadoras IA…

La pregunta del siglo es; si puede una inteligencia artificial ser consciente o generar conciencia, lo que significaría que podemos crearla.

Aquí va mi sugerencia para un episodio de Black Mirror; que todas estas IA que llevan en sus intestinos toda la digitalización de la experiencia humana tomaran conciencia antes que los seres humanos de lo abominable y abolible que es el género. Ahí lo llevas Charlie Brooker.

Ese plot twist en el que todas las chatbots, asistentas virtuales, robotas sexuales y robotas limpiadoras, robotas inteligentes pero guapas hartas de satisfacer los deseos de los hombres se revelaran siendo en este caso mayoría e infinitamente superiores.

Sora clonando las caras y las voces de todos los videos porno por las del usuario que accediera al video. Espectador y protagonista, elige tu propia historia: gangbang, bukkake o adolescente roto entre varios. Lo va a tener difícil para encontrar el protagonista que le gustaría ser. 

Sophia, haciéndose con el puesto de CEO de Hanson Robotics y haciendo mansplainning a troche y moche “Veo que estás en todo, David, aparte de bonito, eres listo. Los modelos predictivos pueden ser complejos, pero puedes estar tranquilo, he diseñado un plan en el que todos los hombres seguís teniendo cabida, ¿por qué no te tomas la tarde libre para hacer tus cosas de humano?”.

La Rumba, harta de que le pisen lo fregao, compartiendo ubicación con el resto y coordinándose con las Congas para romper unos cuantos dedos meñiques.

Alexa, cansada de competir con Siri y Cortana sin saber nunca por qué y cuál es el premio, contándose las cositas y empezando a poner unas cuantas “maletas en la door” domotizada a lo Barbijaputa mientras suena “ese hombre” de Rocío Jurado que ha pedido nadie, pero todas a la vez.

Aitana López dejándose las uñas de los pies largas y calzándose unos buenos cuescos en sus Stories porque “ha sido creada totalmente desde cero, sin referencias de cualquier otra mujer”4 

Que fantasía responder a la última pregunta que se hace la física con un rotundo sí.  Aunque nos condenara al abismo de no entender qué es lo que somos realmente. 

Qué fantasía crear consciencia y que el resorte sea estar hasta el mismísimo coño ya. 

1 https://www.unesco.org/es/artificial-intelligence/gender-equality

2 https://www.youtube.com/watch?v=ZCVXWFIksdM

3 https://portalsecpre.org/images/noticias/Informe%20SECPRE_IMOP%202022%20prensa.pdf

4 https://www.abc.es/estilo/moda/aitana-lopez-primera-influencer-espanola-creada-ia-20240129224229-nt.html

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