Enfermedad por implantes mamarios

Un problema real aún por investigar

Cada vez es más comentado en redes sociales situaciones de mujeres portadoras de implantes mamarios que sufren unos síntomas característicos sin causa aparente pero que remiten o disminuyen con la retirada de los mismos. Es a lo que se denomina “enfermedad por implantes mamarios”. Sin embargo, este término no engloba a todos los síntomas o trastornos que pueden surgir a raíz de la colocación de los implantes ni se usa de forma correcta en muchas ocasiones en redes. Para entender qué es exactamente esta enfermedad, otras posibles consecuencias y su frecuencia de aparición, es necesario conocer de qué están hechos los implantes mamarios. 

Existen dos tipos principales de implantes: los compuestos de un gel de silicona y los de suero salino (recubiertos por una fina capa de silicona). Existen varias diferencias entre ellos (tamaño, forma, textura, etc.) sin embargo, una de las más evidentes es que la silicona a diferencia del suero salino no puede ser reabsorbido por el cuerpo humano. La silicona es un material que no existe en la naturaleza, sino que se obtiene de reducir sílice con varios compuestos químicos. La silicona de uso médico (y la que se usa en los implantes) está libre de impurezas derivadas de esa reducción, lo que la convierte en apta para dicho uso. Sin embargo, sigue siendo un material extraño para el organismo. Ante cualquier material extraño, nuestro organismo desencadena una respuesta inmunitaria. No obstante, es posible que haya sustancias (como la silicona médica) que no sean capaces de activar una respuesta inmunitaria per se sino que actúen como adyuvantes. Es decir, sustancias que aumentan la inmunogenicidad (y por tanto la respuesta de defensa de nuestro organismo) de otras sustancias capaces de sí hacerlo, como por ejemplo los antígenos. Cuando pensamos en antígenos, nos imaginamos sustancias externas de nuestro organismo, como el virus COVID por ejemplo. Sin embargo, la modificación de nuestras proteínas estructurales puede hacer que nuestro cuerpo las detecte como extrañas y active una respuesta inmunitaria contra ella, dando lugar a lo que se conoce como trastorno autoinmunitario. Justo esto último es lo que se cree que puede provocar la silicona en nuestro organismo. Para simplificarlo y que se comprenda mejor, imaginemos que la silicona activa una serie de reacciones que hacen que una proteína que era detectada por nuestro cuerpo como “propia” ahora sea detectada como “extraña”. Lo que nuestro cuerpo entiende es que tiene que “destruir” esa proteína ahora detectada como “extraña”. Esto es a lo que se llama Síndrome ASIA (siglas en inglés de síndrome autoinmune/autoinflamatorio inducido por adyuvantes). Se piensa que la enfermedad por implantes mamarios puede ser un tipo de síndrome ASIA en el que se activa una respuesta inmunitaria contra nuestro tejido conectivo provocando la aparición de enfermedades tipo: artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren, esclerodermia, etc. Enfermedades en las que la sintomatología es muy diversa (fiebre recurrente, dolores crónicos articulares, fibrosis de mucosas, sequedad de piel, ojo seco, infecciones recurrentes, alergias e intolerancias alimentarias, fatiga crónica, etc.) y difícil de diagnosticar en multitud de ocasiones. Como se puede deducir fácilmente, debido a la complejidad de diagnóstico de estas enfermedades, es difícil establecer una relación causal directa entre los implantes mamarios y estos trastornos. Cuando estos trastornos comenzaron a evidenciarse en mujeres portadoras de implantes mamarios de silicona, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) prohibió el uso de los mismos en 1992, volviendo a comercializarse en el 2006 ya que la evidencia científica para prohibirlos era insuficiente. A pesar de ello, existen varios estudios científicos recientes que demuestran esta asociación, observándose que en algunas mujeres en las que se retiran los implantes, estos síntomas remiten e incluso desaparecen. Sin embargo, se ha demostrado también que es posible que la sintomatología no remita tras la extirpación de los implantes puesto que moléculas de silicona pueden migrar a puntos distales del organismo perpetuando la respuesta inmunitaria aun retirando los implantes. 

Por otra parte, es notorio que en redes existen mujeres portadoras de implantes mamarios afectadas por síntomas tipo: pérdida de memoria, migraña, ansiedad, depresión, neuralgia, pérdida de libido, etc. Aunque en ocasiones este tipo de sintomatología también sea mencionada como “enfermedad por implantes mamarios”, existe controversia sobre si debe o no englobarse dentro de dicho término. Lo que sí está claro, es que además de lo mencionado sobre el trastorno autoinmune, las mujeres portadoras de implantes mamarios han reportado otro tipo de síntomas sistémicos de tipo neurológico (vértigos, cefaleas, pérdida de memoria, tinnitus), psicológico (ansiedad, depresión, ataques de pánicos, sentimiento de muerte inminente), musculoesquelético (fibromialgia, hormigueo de extremidades, dolor muscular), genitourinario y gastrointestinal (infecciones del tracto urinario, reflujo, gastritis, deshidratación). La evidencia científica disponible hasta entonces para establecer una relación causal entre estos síntomas y los implantes mamarios es insuficiente. No obstante, la importancia de seguir investigando en el tema radica en que la mamoplastia de aumento con prótesis (aumento de pecho) es el procedimiento quirúrgico más frecuente realizado hoy en día en Cirugía Plástica, con lo que las afectadas pueden ser muchas si no se le da la importancia necesaria al tema.  

Sumando a todo lo anterior, en mujeres portadoras de implantes mamarios compuestos por silicona se han reportado otros problemas (contracturas, roturas, alergias, etc.). Uno de los más importantes es el linfoma anaplásico de células grandes, un tipo de cáncer de las células inmunitarias. Afortunadamente, el riesgo de aparición es mínimo y se considera una complicación rara. Sin embargo, es evidente que el portar implantes mamarios de silicona incrementa más el riesgo que en mujeres no portadoras. 

La importancia de mencionar todos estos problemas no es la de instaurar el miedo en las mujeres o de crear una alarma social como puede parecer en redes sociales.  Se trata de dotar a las mujeres de toda la información disponible y veraz para que puedan decidir libremente qué hacer con su cuerpo. Caemos en el error de pensar que la persona que se somete a cirugía plástica lo hace por decisión propia, pero la realidad es que nuestra sociedad basada en unos cuerpos normativos y una estética determinada hace que muchas decisiones que tomamos estén distorsionadas. 

No obstante, es responsabilidad del profesional sanitario aportar toda esta información a las mujeres interesadas o ya portadoras de implantes mamarios. A menudo sucede que existe desinformación por parte del personal sanitario y la realidad de muchas mujeres es la de vagar por diferentes especialistas sin dar con un diagnóstico concreto. Es entendible entonces que cuantificar la magnitud real de este problema es muy difícil por no decir casi imposible actualmente (teniendo en cuenta cómo funciona nuestro sistema sanitario). Esto conlleva que esa desinformación mezclada con la incertidumbre de aun no conocer algo del todo, nos lleva al error de pensar que la enfermedad por implantes mamarios es un mito o una invención. La realidad es que, si las cosas no se mencionan, no existen. Aunque existe mucha evidencia sobre el efecto no perjudicial de las prótesis de silicona, no se puede pasar por alto aquella otra evidencia que pone en duda esto. Debe promoverse una investigación de calidad y sin intereses para esclarecer la magnitud de este problema. 

A pesar de todo, hay que tener en cuenta que toda mujer debe valorar siempre el beneficio-riesgo de portar unas prótesis mamarias. Aun con la escasa evidencia disponible actualmente sobre estos problemas, es completamente cierto que las prótesis mamarias de silicona no son inocuas para nuestro organismo. Pero no hay que olvidar que las prótesis no solo la portan mujeres con deseos de aumento de pecho, también mujeres que han atravesado un cáncer de mama y se le ha realizado una mastectomía (extirpación de la mama). Para estas últimas, la reconstrucción mamaria puede suponer la reconciliación con su cuerpo marcado por el cáncer.  

Si eres mujer portadora de prótesis mamarias de silicona, con deseos de portarlas, mastectomizada, profesional sanitario o simplemente, interesada en el tema, te invito a que investigues por ti misma y busques información de calidad actualizada y probada científicamente bajo el título “breast implant illness”. Comprobarás por ti misma que no existe mucha (si lo comparamos con otros problemas sanitarios). La deducción más lógica de esto es pensar que es porque no son muchas las afectadas si consideramos la cantidad de mujeres que portan prótesis mamarias. Sin embargo, me gustaría ir más allá y quizás dudar de ello. Puede que el tema no interese porque detrás de todo se mueve una industria de comercialización de prótesis muy extensa. Puede que exista un machismo institucional y sanitario que minimice estos efectos en la calidad de vida de las mujeres. Puede que coexistan diversas causas y que las prótesis mamarias tan solo sean una más, haciendo difícil el poder investigar sobre ellas de forma aislada.  Si comparas en Google Trends (una plataforma que te dice cuántas búsquedas en Google se ha hecho de un determinado tema) la “enfermedad por implantes mamarios” con el término “aumento de pecho”, existe una diferencia enorme ganando en búsquedas este último. Con esto me quiero referir al hecho de que la decisión de portar o no prótesis mamarias puede que no se esté haciendo de forma veraz y objetiva.  

En definitiva, la enfermedad por implantes mamarios tiene una base científica lógica y evidenciada. Su magnitud y repercusión en el organismo debe aún ser más evidenciada para que puedan existir unas recomendaciones objetivas y francas sobre la colocación de prótesis mamarias. Es necesario que se mencione el tema, que se tenga en cuenta si eres sanitario (exista o no toda la evidencia disponible) y que no se juzgue a las mujeres por el hecho de transmitir su preocupación por el tema si son portadoras de prótesis o piensan en ello. 

María García Victoria

Médica Interna Residente de Obstetricia y Ginecología

BIBLIOGRAFÍA:

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  • https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0376-78922021000200003#B3
  • https://www.elsevier.com/es-es/connect/medicina/asia,-el-extrano-sindrome-inducido-por-adyuvantes
  • https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7882356/

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