Entrevista a Barbijaputa

Mucho sabemos, y nada a la vez, sobre Barbijaputa. Barbi es autora de varias novelas (“La chica miedosa que fingía ser valiente” y “Nadie duerme”) y un ensayo (“Machismo, 8 pasos para quitártelo de encima”); voz del feminismo radical desde hace más de una década, columnista y creadora del podcast, y la comunidad, Radiojaputa. Sin embargo, sería lamentable que una persona con tantas capas como puede tener Barbi fuese definida únicamente por su trabajo y su activismo.

Después de tener la suerte de hablar con ella en una charla que se hizo corta, a pesar de no serlo, yo la definiría como una persona sabia, con los pies en el suelo y sin florituras, como una mujer risueña, como una amante de los perros y como una defensora a ultranza de unos valores que, en el fondo, no todas tienen.

Sabemos que comenzaste tu blog como desahogo personal ante las actitudes machistas que sufrías a diario, sin embargo, aún no sabías que era un problema global, sino que pensabas que era personal, ¿Cómo llegaste al feminismo como tal?

Sí, en aquel tiempo tuve un blog, el típico de blogspot, “Zona de desahogo y combustiones espontáneas” se llamaba, y era eso, una zona de desahogo.

Ponerse las gafas violetas suele ser un proceso de muchas veces, no pasa algo que de repente es una epifanía y de repente dices “vale, soy feminista”.

Yo, siempre me definí como feminista, y digo me defení porque realmente no lo era. Esto partía de que en el instituto, por supuesto público, teníamos un profesor de ética que nos explicó las definiciones. Cuando él explicó los conceptos yo dije “vale, soy feminista”; me parecía súper obvio. Pero claro, una cosa es la teoría y otra la práctica, y, por mucho que yo considerara que el feminismo no era un movimiento “malo”, no significaba que yo fuese consciente verdaderamente de lo que es el feminismo.

Yo, antes, tenía una palabra para definir los comportamientos machistas, “antiguo”. Me resultaba especialmente llamativo cuando lo antiguo lo hacía alguien de mi edad, pero también es verdad que yo vengo de una familia especial, especial en el sentido de lo que había y hay ahora en las familias. Mi madre trabajaba en horario de mañana y tarde, y mi padre, que trabajaba por turnos, se encargaba de todo las mañanas que libraba. Recuerdo a mis amigos de la plaza, y digo amigos en masculino, cuando veían a mi padre tender en el balcón, cómo se reían. Obviamente a mi padre no le decían nada porque en ese momento a los padres se les respetaba mucho, pero se metían conmigo por mi padre. Esto para mí fue un shock, porque ni siquiera entendía de dónde venía la crítica al principio, luego sí lo entendí y vi cómo era el mundo.

Mis amigas y yo, cuando veíamos a alguien muy machista, extremo, pensábamos que era gilipollas, y te digo extremo, no hacerte un mansplainning, piensa que estábamos en los 2000.

Sí que es verdad que yo tenía un resorte que me hacía saltar, supongo que elegí a mis amigas en base a eso, al igual que a los chicos.

Con una buena base, un buen ejemplo, es como realmente tú vas formando a la gente de tu alrededor y, verdaderamente, eso es muy difícil que te lo derribe la sociedad.

Digamos que ha habido muchas cosas que he ido poniendo en orden. En aviación fue un choque grandísimo, que se me pusieran partes disciplinarios porque mis medias no eran del denier (gramaje) que se pedía, porque se me habían roto las anteriores y me había puesto unas más finas y se transparentaba el color de mi piel; eso lo cuento en mi primera novela “La chica miedosa que fingía ser valiente”, ahí me desahogué bastante- ríe-. La verdad, lo pasé mal.

Yo no sabía qué me pasaba, el resto de mis compañeras estaban cómodas, me fue muy difícil encontrar una compañera que me comprendiese, yo no entendía que me pusieran un parte por unas medias y ellas sí, entonces, me hacía parecer una “loca”. Entendía que yo era “demasiado masculina” para esa profesión, por eso acabé dejando esa profesión… y no es que yo sea una “TomBoy”, al revés, yo me diferenciaba muchísimo e, incluso, juzgaba a las chicas TomBoy de mi clase, porque las veía demasiado brutas, me asustaban un poco; no me intimidaban los chicos más brutos que ellas, simplemente, con ellos no me relacionaba porque eran chicos, pero no los juzgaba.

Todo eso lo he ido entendiendo poco a poco, a medida que entraba en el feminismo.

Tanto en las dos compañías aéreas que estuve como en el AVE, tuve problemas de imagen, y no porque yo fuese desaliñada, sino porque la exigencia que había, creo que ya no es la misma que ahora, yo dejé de volar en el 2012. En esa época estaba recién incorporado el hecho de que las mujeres llevásemos pantalón, así que imagínate… Para mí volar era una cosa diferente, yo entendía que era una profesión muy “glamourizada”, pero para mí era atención al público- ahí todavía me gustaba atender al público-. Cuando lo estudié me resultó muy interesante, ya que es necesario que haya tripulación en cabina por si hay cualquier accidente, es una cuestión de seguridad. Lo que no puede ser es que el “libro de imagen” sea más gordo que el de seguridad, porque es más importante que yo sepa dónde está el hacha en el avión que en cada escala me retoque el brillo de labios; en la práctica no era así.

Eso es a nivel global y cuánto más grande es la compañía más. Se nota incluso en las entrevistas qué tipo de servicios dan. En las compañías más grandes no te encuentras a una chica gorda, he estado en dos muy muy grandes, en la más grande tuve una compañera que no era gorda pero tampoco era el prototipo, ¿por qué estaba allí? Porque sabía cinco idiomas.

Viví cosas como que te alabaran por ir maquillada con los colores de la compañía, bueno conmigo nunca se dió el caso- ríe– pero al final yo estaba harta de partes disciplinarios y decidí irme yo antes de que me echasen, porque a pesar del sueldo que era muy bueno, yo no era feliz. La gente de mi entorno no lo entendió, incluso mi padre me decía “te van a explotar en todos sitios, y no vas a estar de acuerdo”, y yo decía “bueno pues que me exploten de otra forma”, pero sí sentí la decepción de la gente que pensaba “pero, ¿qué te pasa?”, pensaban era una cosa de capricho, y te hablo de cualquier persona, de personas de izquierda también. Estamos hablando de principios de los 2000, no había ocurrido el 15M, ni la indignación que ha venido después. En esa época, aún se decía “si no estás muy muy mal, ve a trabajar”, nadie discutía ese culto al trabajo, al dinero…

Otra de las cosas que yo tenía y eran muy machista era el pensamiento de “si un tío te trata mal una vez, pero si te trata mal 2 es culpa tuya”; y eso es porque me pasaba a mí, si a mi me trataban mal me desenamoraba, para mí era algo muy grave, porque claro en mi casa yo eso no lo había visto; entonces cuando yo veía a alguna amiga que la trataban mal y que se sentía culpable, que iba detrás del que la había tratado mal… yo pensaba “tú tienes algo en la cabeza”, eso era porque yo me ponía a mí misma como medida de todas las cosas, no podía entender qué era lo que no veían. Ese discurso era muy machista. El feminismo me ayudó muchísimo a diferenciar entre yo y las demás, es decir, “yo no soy la medida de todas las cosas”, y hay que tener empatía con todo esto que les pasa a otras.

Entre la base que tenía familiar, mi golpe con la aviación, el que me hayan enseñado a ser inconformista, … Fue un proceso, un cómputo de factores. Y, también, el acceso a Internet, no la llegada, el verdadero acceso, el tenerlo en el móvil, poder consultar cualquier cosa, las redes sociales han hecho mucho por difundir mensajes que los mass media no están dispuestos.

Al final, es una evolución que nunca acaba porque al feminismo se llega por una mezcla de base educacional y una pulsión nuestra, que lógicamente no va a ser el machismo porque una pulsión no puede estar basada en un constructo social.

¿Cómo se te ocurrió la idea de “Radiojaputa”? ¿Tiene relación con la llegada de Internet?

El otro día estuve haciendo memoria, porque ahora hacemos 5 años, y si te soy sincera a mí lo que me pasa es que no tengo demasiada memoria, lo cual me da mucha pena.

Yo trabajaba como articulista en el Diario.es dos veces por semana, también estaba haciendo una sección sobre feminismo en Carne Cruda,  y entonces pensé en qué otra forma tenía para hacer eso… Imagino que junté un poco las dos cosas y dije por qué no, por qué no hacer una cosa pequeñita. Y bueno, empezamos con un podcast de unos 20 minutos donde las mujeres mandaban mensajes y yo los contestaba sin más; nunca lo he vuelto a escuchar porque me produce mucha vergüenza, de hecho, yo sólo puedo escuchar de 1 a 2 podcast atrás, más atrás no porque me da vergüenza y pienso “a saber qué he dicho”- ríe-.

¿Crees que es posible llevar a la práctica, en una era como la postmodernidad y todo lo que supone, el feminismo radical?

Esto es como todo, depende de quién, de dónde vengas, del nivel de formación que te puedas permitir… Hay mujeres que trabajan 16 horas al día y, aunque quieran saber, no tienen tiempo.

A nivel macro, es imposible… es como las comunistas, tampoco podemos tener una vida coherente dentro de un sistema capitalista, o sea, al final tienes que tener un móvil que lleva coltán, por muy de izquierdas que seas. El sistema te obliga. Puedes ser una ermitaña que no des tus datos ni a la Seguridad Social, pero al final, ¿quién puede llevar esa vida? ¿Quién puede vivir sin médicos?

En un sistema patriarcal, al igual que en uno capitalista, tú puedes hacer el cambio que esté en tu mano pero no mucho más allá. Ni siquiera a nivel legal el sistema te permite hacer todo el activismo que te gustaría, por ejemplo, es ilegal que tu vayas a un puticlub y le empapeles las paredes y las fachadas, es decir, un señor que hay ahí dentro explotando a mujeres te puede denunciar por pegarle papeles en contra de la prostitución. Dime, ¿cómo el sistema te permite luchar por las mujeres? El margen es muy pequeño, hacer un escrache al dueño a lo mejor… y no te pases, que también te puede denunciar.

¿Quién lo tiene fácil? Quien no lucha contra la prostitución, contra los vientres de alquiler, contra el porno o contra el género.

En relación con la pregunta anterior, ¿qué opinas de políticas identitarias como la Ley Trans y su “anexión” al movimiento feminista? ¿Crees que parte de la fragmentación del movimiento viene de la mano del intrusismo o, simplemente, es parte del movimiento en sí como lo han sido otras olas y fragmentaciones del propio movimiento feminista?

Yo, realmente, creo que hace unos años había 5 millones de personas en la calle y, claramente, los 5 millones de personas no eran feministas. Ahí había hombres, por estadística había maltratadores, había violadores… de hecho, yo recuerdo todavía el año que más gente hubo, creo que fue 2018, chavalas que dijeron que se habían quedado en casa porque no querían encontrarse con su violador o con su maltratador, porque iban, además con sus pancartas.

Entonces, todo el que se dice feminista- recordemos que Bertín Osborne se dice feminista- no es que no haya sido feminista jamás, es que es activamente machista e, incluso, lo sabe, que es el nivel de perversión total.

Así que la fragmentación del feminismo no ha sido otra cosa.

El movimiento transactivista fagocitó absolutamente a las coordinadoras y organizadoras del 8M, no sé si en todas las ciudades pero en las más grandes como Madrid y Barcelona sí. La gente, que no sabe qué son las políticas identitarias, iban a las manifestaciones que el ayuntamiento convocaba, el gobierno, o estas organizadoras, que son al final las que tienen más proyección en medios. ¿Qué ha pasado? En cuanto ha empezado a verse, a saberse, cuándo la gente ha empezado a ver que no es tan inclusivo como parece, cuando las mujeres se han parado a leer, a escuchar a feministas… ha empezado a haber una segunda manifestación.

En Madrid, la convocatoria abolicionista que no existía hace 2 años ya tiene 10.000 mujeres y la “oficial” 17.000, ¿dónde están los millones? Se pasó la moda. El feminismo no ha perdido activistas, en todo caso los ha ganado, las personas de la manifestación “oficial” en muchos casos no te sabían decir lo que eran las leyes trans ni lo que defendían, pero las que estaban en la abolicionista tenían claro lo que defendían porque tuvieron que informarse muy bien para saber cuál era su manifestación.

Al final, vamos ganando, la razón se está imponiendo. Muchas mujeres no entienden bien lo de las leyes identitarias y todavía no las han llamado tránsfobas, pero siguen diciendo “las mujeres somos las que abortamos” espérate que las llamen tránsfobas, ahí una de dos, o dejan de decirlo o se informan y se dan cuenta de qué es el patriarcado. Entonces, se irán a dónde se las quiere.

Junto a leyes como la trans, en el último año hemos visto otras leyes “feministas” cuyos resultados son exactamente lo contrario, como por ejemplo la Ley del Solo Sí es Sí, ¿qué opinión tienes acerca de estos movimientos de tablero de la izquierda y “el feminismo”?

Me recuerda esto a Ana Pollán, que estuvo en el programa hace unas cuantas semanas para hablar del Goya que se llevó Telmo Irureta y ese discurso tan bello que hizo, recordemos que dijo que la prostitución no podía abolirse, porque claro gente como él no va a follar con gente que no le gusta, tendrá que tener su derecho a elegir. Él, no las mujeres prostituidas que se tienen que acostar con él sin desearlo. Eso los medios de izquierda, lo pusieron como el importante discurso de Telmo Irureta, ¿¡el importante discurso!? El Salto en concreto escribió que el feminismo tenía que pedirle disculpas a Telmo Irureta, es decir, la línea de El Salto: trabajadoras sexuales, el porno es fantástico… en el patriarcado está todo bien. Trajimos a Ana Pollán al podcast y dijo una cosa que se me quedó, porque creo que no puede llevar más razón, decía que quizás nos tenemos que plantear en serio si los medios a los que llamamos izquierda son realmente izquierda o, si en España, la izquierda es algo completamente reductual. Y es que, literalmente, eso es lo que pasa.
Es muy gráfico el hecho de que Unidas Podemos fagocitará todas las izquierdas que quedaban, pero es que esas izquierdas eran tan pequeñas que estaban a punto de desaparecer. Por ejemplo, IU podía desaparecer en las elecciones si no se unía a Podemos. Quiero decir, Podemos no lo ha hecho todo para que desaparezca la izquierda, la sociedad también ha permitido que esto ocurra.

El hecho de que Podemos se presentara a sí mismos como “el hijo del 15M” no ha hecho otra cosa que desarticular la lucha en la calle, a no ser que sea la lucha feminista y, únicamente, la radical, puesto que la otra lo único que hace es salir el 8M, marcarse un baile con panderetas e irse a su casa. Esa “izquierda” ahora sólo se manifiesta por las leyes identitarias.

¿Y Sumar?

Yo de Yolanda Díaz he leído poco, principalmente porque me da grima, porque te está hablando de política y parece que te está invitando a su cumpleaños, con unas sonrisas y unas caras muy cuquis. No sé a quién pretende convencer, a mí no desde luego, ni a las que sabemos cómo va la cosa. Incluso preferiría a Irene Montero que al menos pierde los nervios. El progre medio, como yo lo llamo ahora, está entre Irene Montero, que es una mujer empoderada, y, por otro, Yolanda Díaz, que parece que te va a hacer un huevo frito, es decir, se dividen: la parte machirula de la parte “tengo que fingir que soy feminista”. Creo que ahí se va a producir una división entre la socialdemocracia muy importante; por otra parte está Pedro Sánchez que también les gusta a los progresistas.

Independientemente de los partidos “de izquierda”, tenemos partidos antiguos como el Partido Feminista o nuevos como Feministas al Congreso, ¿qué opinión te merecen? ¿Cree que las acciones que llevan a cabo son suficientes para irrumpir en el panorama político español?

  • Aquí debo hacer un inciso y especificar que Barbi preguntó repetidamente cuándo se publicaba la entrevista-.

No me gustaría hablar mal del Partido Feminista, porque ya van a obtener pocos votos, como para que desde el propio feminismo se le eche más mierda encima, no obstante, hay cosas del Partido Feminista, como el hecho del personalismo o como que pidiese que se aplicase el artículo 155 a Cataluña antes que Vox, que no puedo defender. Un partido absolutamente vertical para mí no tiene tanto sentido como para el partido feminista.

Por otra parte, yo estaba contenta de que hubiese una nueva formación como Feministas al Congreso, porque estamos todas de acuerdo en los ejes de opresión de las mujeres: el porno, los vientres de alquiler, la prostitución y el género; pero, no se presentan. No tengo claro en qué punto están, lo último que supe es que estaban en formación. Las que estábamos en “el mundillo”, dado que ningún medio de izquierda les ha querido dar cobertura, sabemos que lo que pasó en aquel momento es que se conformó como partido, pero claro, ahora tienen que crear las listas en todas las ciudades… y qué pasa, que no tienen dinero. No les ha dado tiempo a presentarse a las municipales, pero sí se van a presentar a las generales, aunque con 0 cobertura de los medios, que es donde pueden tener un nicho de votantes.

Entrando en terrenos menos académicos y más morbosos para las lectoras, ¿qué opinas de la mercantilización del feminismo? Es decir, tenemos influencers que han llegado a serlo por el feminismo, marcas de joyería que comercializan vulvas porque es algo muy feminista, camisetas hechas por niñas de Bangladesh que dicen “Women Power”, etc.

Un ejemplo obvio de qué ocurre puede verse cuando el PSOE ganó las últimas elecciones y salió al balcón Carmen Calvo con una camiseta que ponía “feminist” que era de Mango. A las 24 horas se había agotado la camiseta en todo Mango. Hace muy poco tiempo habían salido a la calles unos 5 o 6 millones de personas por el 8M, obviamente esos 5 o 6 millones de personas no eran feministas. Se estaban apuntando a la moda del momento.

¿Cómo lo sabemos? Porque esa camiseta se agotó. Esa camiseta una persona con conciencia feminista no la compra, no compra explotación infantil; y menos fijándote en alguien como Carmen Calvo.

Eso también se ve en los avatares morados de todas las empresas, que siguen discriminando a las mujeres en su selección de personal- por ejemplo, todas aquellas en edad fértil-. Purple washing de toda la vida, un mensaje motivador para las mujeres, una banderita cuando toque, el machismo romántico como dice Amelia Valcárcel, ese “las mujeres sois las mejores”, al final es un poco lo mismo.

Además, hay medios de izquierda, que su merchandising lo están comprando de mano de obra barata y te venden una camiseta a 6, 9, 10 euros, que tú sabes de dónde viene eso. Si tú, no entiendes “el primer día que vas a clase de feminismo” que el feminismo es un internacionalismo y que tú no puedes lucrarse por lo que están haciendo niñas en Bangladesh pues no pasa nada, te retiras y sigues estudiando, pero no te pongas a vender camisetas. Yo tengo merchandising en el podcast, y te digo que nos hemos roto la cabeza durante meses para tener los proveedores adecuados que tienen una línea donde se observan: las horas de trabajo, las horas de descanso, el sistema de ventilación de las fábricas, el sistema de vacaciones, a cuánto se paga la hora, todo. ¿Qué pasa? Que vale más caro. Luego viene el “es que no todo el mundo se lo puede permitir”;  es que a lo mejor no te hace falta la camiseta, no es una necesidad, o somos coherentes o no. Es imposible serlo al 100% todo el rato, pero pequemos en cosas que no sean tan superfluas.

¿Y las referentes feministas en redes?

Bueno en redes, y la Ministra que tenemos ¿no? Cuando la nombraron fue como “bueno, vale, mejor ella que otra”, porque ahí todavía pensábamos que iba a hacer cosas para las mujeres pero realmente fue ella cómo podía haber sido otra. Ella, realmente, entró en el feminismo cuando cogió el Ministerio de Igualdad, ella era de “lucha de clases”.

Y unida a esta mercantilización y a lo que supone el feminismo más allá del marco teórico, ¿Qué le parecen los conflictos en redes ligados al feminismo, como por ejemplo la maternidad o el lesbianismo político?

El no ser madre puede ser un acto político o puede ser una imposibilidad. No ser madre activamente, puede ser visto como un movimiento político, me parece bien; pero no se puede comparar ese tipo de activismo con el de cambiar tu orientación sexual, que es lo que conlleva el lesbianismo político. Con esto, además, hacen mucho la trampa de mostrar unos documentos a través de pantallazos, entre las mismas de siempre, porque al final no son tantas. Esos pantallazos lo mismo te meten una frase de Kate Millet que una frase de Julie Bindel en las que parece que las dos son lesbianas políticas, nada más lejos de la realidad, para justificar que el feminismo radical opina como ellas, “si no eres lesbiana no eres casi feminista”. Con algunas mujeres funciona, funciona haciéndolas sentir realmente mal, porque piensan “yo debería ser lesbiana y no soy capaz”, y la alternativa que les dan es “bueno pues si no puedes estar con mujeres no estés con nadie”, da igual cómo sea el hombre, da igual si estás enamorada… dejas absolutamente todo con tal de no agradar al patriarcado, porque dejarse penetrar es agradar al patriarcado, blablabla… ¿qué tenemos? A mujeres que intentan no tener ningún tipo de compañero de vida y lo que consiguen es ser miserables, porque anhelan una persona que las acompañe en la vida, al final lo que pasa es que se acaban enamorando y eso es un sacrilegio, una traición a las mujeres. Yo he llegado a leer “no confiéis en las mujeres hetero porque tarde o temprano os darán una puñalada en la espalda porque se acuestan con el enemigo”… y decir “ya me gustaría ser lesbiana” no está bien, el otro día una amiga en el podcast nos lo dijo, no se sabe el sufrimiento que llevan las mujeres lesbianas en la espalda desde niñas, ocultando quiénes son.

Además tu piensa, no hay prácticamente “lesbianas políticas” de más de cuarenta, porque son mujeres que no han empezado ni su vida laboral. Es decir, tienen un techo y comida que no se proveen ellas porque no han empezado ni a trabajar, tienen muchísimo tiempo para leer, para fantasear y para hacer los que les dé la gana. No entienden a las de más de 40, 50, que llevan toda una vida con una orientación definida que, además, encaja con el sistema, que además trabajan tanto dentro como fuera de casa, que están pensando qué tienen que hacer de comer o cómo pagar las facturas mientras ellas estás dándole vueltas al último tweet de Julie Bindel. Hay un problema de clase, no porque sean clase alta pero sí que tienen las necesidades cubiertas, hay una de estas chicas en redes que da muchísimo la lata con este tema y tiene veintipocos años, lleva en el feminismo ¿cuánto? ¿dos o tres años? Y está dándole lecciones a las de 50 de cómo ser lesbiana. Pero bueno, esperemos que pase y que no haga mucho daño, porque al final las víctimas de estos movimientos son mujeres.

En la comunidad de la radio también entraron, primero a captar adeptas y al final a llamarlas traidoras.

¿Por qué estos conflictos no suceden entre hombres o con respecto a lo que ellos dicen?

Hay un problema con el culto a lo que dicen los hombres. Al final, seguimos teniendo en la cabeza que lo que dice un hombre tiene más validez que lo que dice una mujer.

Por una parte, está el ser más exigente con las mujeres, por otra parte está la misoginia, fíjate, antes se preguntaba si eran feministas a las mujeres y ahora lo que le preguntan, a las mujeres claro, es qué opinan de las trans. Los hombres no tienen que opinar sobre feminismo ni sobre mujeres trans, sólo a las mujeres, independientemente de que el periodista sea hombre o mujer. ¿Qué se repite: “las mujeres trans son mujeres” o “los hombres trans son hombres”? “Las mujeres trans son mujeres”, porque claro son los que son hombres, ellos son los primeros que ven diferencias entre mujeres y hombres trans, si no, no los tratarían con tanta diferencia. La jerarquía sexual la tienen muy clara en sus cabezas. Nadie que hable de enfermedades de los hombres va a decir “oye, que los hombres tienen vagina”.

Por último, queremos preguntarte por tu futuro. ¿Has pensado dejar el anonimato? ¿Por qué?

Sí, muchas veces. Por una parte, es incómodo, cuando tienes algo que preservar es una carga, cuando se tiene un secreto pesa muchísimo; pero claro, por otra parte, vivo tranquila, yo sé que puedo estar sentada por la calle con mis amigas o con mi hermana y nadie va a venir a decirme “feminazi” o “tránsfoba”, o, quizás, el día de mañana tengo que echar un CV y tú imagínate las cosas que han dicho de mí, yo decidí ser anónima porque Internet y algunos foros realmente me daba muchísimo miedo, no sólo a lo que me podía imaginar sino a cosas inimaginables.

¿Proyectos futuros: libros…?

Tengo varios, tengo una novela en borradores, el año pasado estuve todo el verano y hasta año nuevo bastante mal con ansiedad, bastante triste, estuve de baja, de hecho, no empezamos el podcast hasta enero. Dejar todo de golpe me alivió muchísimo, me sentó muy bien. Cuando estuve mejor decidí que sólo iba a escribir en el periódico una vez en lugar de dos, que iba a dejar los borradores quietos y que iba a hacer el podcast y, además, iba a hacer lo que me diese tiempo a hacer de lunes a viernes, los fines de semana no iba a trabajar más, porque venía de no librar ni un día, entonces decidí que el podcast iba a ser más corto, ten en cuenta que el podcast prácticamente lo hago yo, ahora tenemos una compañera que edita los audios y lleva redes, y  otra que lleva la tienda, y delegar es algo maravilloso, pero soy de la opinión de que las cosas hay que pagarlas sobre todo cuando estamos teniendo una financiación; pero sí que ahora estoy muchísimo mejor. Sin embargo, no pienso “ahora que tengo tiempo voy a coger el ensayo”, no, ahora pienso “ahora que tengo un poco de tiempo voy a estar con mis perros, voy a hacer las cosas tranquila”, quiero tomarme la vida con más calma, ese es mi proyecto de futuro: vivir al día.

¿Te gustaría dejar un último mensaje para nuestras seguidoras?

Me gustaría decir que me hace mucha ilusión que salgan medios pequeños, porque hacen lo que no hacen los medios grandes, tienen ganas de hacer cosas, implicación. En mi opinión, somos más profesionales los medios pequeñitos, estamos convencidas de que queremos un mundo mejor, hay mucho de activismo en los medios pequeños, yo animaría a todas las mujeres a que hiciesen su micro medio de comunicación, con su opinión, porque hay muchos podcasts, pero muy pocos que se hagan desde la conciencia profunda y desde el conocimiento, para ayudar a otras que- ya que nosotras tenemos el tiempo de leer y estudiar-  puedan obtener ese conocimiento; porque de verdad que los medios que hay ahí fuera siempre van a decir lo que el sistema quiera.

Fátima Fatuarte Díaz
Periodista

4 comentarios

  1. Muchas gracias por estar ahí, conozco a Barbie hace tres años aproximadamente a través de mi hija mediana, y desde ese momento voy conociendo a más feministas, es un renacer con 55 años que tenía en ese momento y darme cuenta de que he vivido en un auténtico engaño .
    Asíque compañeras muchísimas gracias por estar y en mi caso darme tanta compañía, y sentir que me dais algo muy difícil de explicar. Mil gracias 😘💞💜

    1. Hola Montse! Muchas gracias por leernos. Nos hace muy feliz que mujeres como tú encuentren en Revoleo un espacio seguro y reconfortante.
      Un abrazo fortísimo

  2. Qué maravilla de entrevista! Muchísimas gracias por publicarla! Os he conocido por Radiojaputa y no puedo estar más feliz. Seguid así! Ánimo!

  3. Hola Miguel! Muchísimas gracias por leernos y tomarte unos minutos para comentar!
    Muy pronto, más!
    Un abrazo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Jose Maria Pedrosa Muñoz.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a WordPress que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Secciones

Temas

Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso.    Más información
Privacidad