Entrevista a María Martín Romero

“Facta, non verba.” 

Acudo a la cita con María con mi segundo café de la mañana en mano, habíamos quedado un rato antes, pero nos pedimos tiempo; yo, porque quizás me creo Hunter S. Thompson, y María por temas médicos. 

Me da igual esperar a María dos días porque siempre es una magnífica conversación, pero no me da igual que María me espere ni un solo minuto. He hablado muchas veces con ella, e incluso ya la había entrevistado desde que entro en el Partido Socialista Libre Federación, pero esta es la primera vez que redacto yo la entrevista, y reconozco estaba algo emocionada. 

Me cuenta muy brevemente cómo está, aunque yo la veo estupenda y guapísima, María ha pasado hace poco un cáncer y tiene múltiples dolencias graves. Siempre pienso en lo increíble de su fortaleza física y mental, y mientras me da el escueto parte lo pienso casi alabándolo, y comenzamos la entrevista.

P1. ¿Cómo es gestionar tanta lucha (feminismo, política, intervención social…) en un solo cuerpo?

R. En un solo cuerpo y mu´machacao el cuerpo – Dice riéndose María– Es complicado, es muy complicado, Sara, porque yo acabo de cumplir 55 años el 5 de julio, tengo muchas patologías, muchos dolores, en la unidad del dolor, pinchándome heparina… porque a mi la quimio me dejó muy machacada. Y todo esto también es consecuencia de la lucha que he llevado durante toda mi vida. Por ejemplo, el cáncer, que de hecho estamos estudiando con la unidad de oncología de aquí (se refiere a Granada); el por qué todas las situaciones de estrés de las víctimas de violencia producen estas enfermedades crónicas, estudiamos esa conexión entre el estrés crónico y las enfermedades crónicas. Estas enfermedades no se producen porque sí, son muchos años los que sufre la persona mucho estrés, muchas tensiones, mucho juicio, de mucha presión del maltratador… y en mi caso pues también de la lucha, porque La Volaera surgió precisamente de eso ¿no? Para crear una red de mujeres víctimas de violencia, que apoyándonos unas a otras nos hiciéramos fuertes, que a través de la cultura y la formación nos acompañáramos unas a otras. 

Y tanta lucha se lleva pues… teniendo las ideas muy claras, que eso es muy complicado en el mundo en el que vivimos, y teniendo valores, que también es muy complicado en este mundo, y anteponiendo el feminismo, que es otra cosa también muy complicada. Y así se lleva, teniendo valores, constancia y por supuesto el apoyo de la gente que tienes al lado. Hay que saber muy bien de la gente que te rodeas. 

P2. ¿Cuándo nace y cómo se conforma actualmente La Volaera?

R. La Volaera llevamos 20 años, desde que yo empecé con los grupos de acción para reunirnos víctimas. Me llamaron del Ayuntamiento de Granada para hacer grupos, y lo vi muy claro, dije “esta es la salida que necesitamos, el ayudarnos unas a otras”. Pero claro, trabajábamos sin tener una asociación legalizada, juntándonos las compañeras, trabajábamos muchos con los hijos e hijas de las víctimas también, y pensamos que teníamos que legalizarnos. A la hora de dar el paso, queríamos que tuviera una fecha concreta, y la legalizamos el 14 de abril de 2014, una fecha muy significativa y queríamos que fuera así porque dice mucho, ahí se describe lo que es La Volaera, no tengo nada más que decir, a buen entendedor o entendedora… 

Surge como una asociación para fortalecer a las víctimas de violencia machista. Es una asociación de víctimas y no víctimas, pero las que estamos en la junta directiva y tomamos las decisiones somos, o hemos sido, víctimas. Yo ya no soy victima, soy una obrera feminista, y orgullosa de ser una obrera feminista, que trabaja el feminismo en las calles todos los días. La Volaera somos una asociación que trabaja los 365 días del año las 24 horas con el teléfono a disposición de lo que surja, y para quiénes tengamos que ayudar. Estamos trabajando en el ámbito estatal, pero hemos abierto una red internacional de contacto y hablamos con mujeres, sobre todo de Latinoamérica, pero también de más países. Es la única manera que tenemos de ayudarnos; crear redes, y sabiendo de lo que estamos hablando, porque hasta que una víctima no tiene conciencia de víctima no vamos a ningún lado, eso es como el que es adicto al juego, o drogadicto, o alcohólico, me da igual, si no tienes conciencia de que tienes un problema no puedes salir de ese problema, y si no conoces ese problema tampoco. Las víctimas, generalmente, no saben el problema que tienen y no saben cómo salir de él. Normalizan el problema. Es muy complicado que una victima autogenere la conciencia de victima de violencia machista, y que pida ayuda, que de el primer paso y que lo hable, eso… es muy complicado. Por eso el primer paso es el más importante, lo que ocurre es que la gente piensa que porque una victima lo diga significa que ya va a salir de eso, y no, en absoluto. El decirlo es una cosa, y es muy importante ese paso, pero que actúe para salir de ahí es otra cosa. Y no hablo ya de poner denuncias… eso olvídate. Simplemente el que tome actuaciones de ponerse en contacto con alguien que la pueda ayudar, para ver qué puede hacer, simplemente eso ya es un grandísimo paso. 

Dice la gente “¿Por qué no denuncia?”, pues porque no es tan fácil, no es tan fácil denunciar… se denuncia en muy poquitos casos. Nosotras tenemos varios casos de asesinadas en La Volaera y ninguna había denunciado, porque no es tan fácil, una víctima lo que hace es proteger al maltratador, y una víctima nunca se cree que la va a matar. Además, eso es lo que nos cuentan siempre las familias, que nunca se creen que la vaya a matar, nadie piensa que va a llegar a esos extremos. Por eso es muy importante hacerles conocer a las víctimas lo que es el ciclo de la violencia, cómo piensa el maltratador, y que un maltratador no cambia, eso hay que dejárselo muy claro. 

Y en esas estamos en La Volaera, trabajando. Tenemos un grupo de juventud muy importante, trabajamos muchísimo, de hecho, las mujeres que componen la junta directiva son muy jóvenes, y muy cualificadas. Fíjate nuestra vicepresidenta era ingeniera industrial, y trabajando de ingeniera industrial topó con un maltratador, y al salir de esa situación se ha hecho abogada especializada en violencia de género. Por ella misma, porque necesitaba defenderse porque hay tan pocas abogadas y abogados especializados en violencia … ¡tan pocos! Y es lo primero que necesita una víctima, antes que un psicólogo, y, antes que nada, lo primero que necesita es una buena o un buen abogado. Porque del primer juicio que tenga una víctima va a depender el resto de su vida, y la de sus hijos e hijas. O sea, antes que nada, un buen abogado, y seguir los protocolos a rajatabla, si tiene lesiones físicas ir a que se las evalúen y presentar el parte y denunciar las lesiones, poner la denuncia en una comisaría correspondiente no en cualquiera, si no en una donde haya unidad y sepan de violencia machista, no voy a decir “violencia de género” porque no es, yo siempre hablo de machismo. 

En definitiva, hay que seguir los protocolos, que es lo que nosotras hacemos; guiarlas, decirles los pasos que tienen que dar para que todo les salga más o menos bien. Es haciéndolo bien y sale como el culo…

Trabajamos mucho también dentro de La Volaera, la intergeneracionalidad con la juventud, la prevención de la violencia en sí, a través de talleres a niños y niñas desde infantil, pasando por secundaria hasta la universidad. Trabajamos con alumnos y alumnas de la Universidad Internacional de Valencia, del Master de Violencia de Género, también con alumnas de Trabajo Social de la Universidad de aquí, de Granada. 

Desde la asociación le damos formación, y es cierto que nos dicen que aprenden mucho más en medio año con nosotras que en la carrera, porque están trabajando y aprendiendo con víctimas, o mujeres que hemos sido víctimas. 

P3. Cuéntanos sobre tu trayectoria política:

Allá por 2006 estando yo trabajando como maestra en la cárcel y en la zona norte como educadora, también trabajaba con las asociaciones Romí, con Anaquerando… y se pone en contacto conmigo un amigo mío del Partido Andalucista, y me dijo “María, te necesito”.  Entonces yo al principio no lo tenía claro, me dijo que necesitaban a mujeres como yo, pero yo estaba en plena lucha, en plena lucha con el padre de mis hijos porque me ponía denuncias porque mis hijos no se querían ir con él, juicios, he pagado dos condenas por ello. Estaba en un momento de denuncia tras denuncia, yo oía el timbre y se me abrían las carnes de pensar que era otra demanda ¡Imagínate! Yo he acabado de pagar demandas del maltratador tres años después de morirse él. Entonces es muy complicado, y me pregunté ¿Me voy a meter en otro follón con lo que tengo que solucionar? Pues me metí. 

Me metí porque el lema de La Volaera es “Poder para poder”, es decir; las mujeres tenemos que asumir el poder que tenemos, para poder transformar el mundo. Y a través de ese lema yo comprendí que si no estábamos en política no pintábamos nada. Si nosotras no somos las protagonistas de la política no nos van a hacer caso, que es lo que está pasando y lo que pasa siempre. Entré entonces en el Partido Andalucista, estuve unos años, aprendí mucho, y agradezco mucho porque aprendí mucho en andalucismo, porque yo soy andalucista; andalucista de Blas Infante ¿Vale? Entiendo el nacionalismo de Blas Infante como el nacionalismo universal del que hablaba, no el nacionalismo excluyente, si no un nacionalismo federalista. Por supuesto soy una ultra defensora de la cultura andaluza, porque tenemos que tener en cuenta que desde Tartessos somos la primera civilización europea, porque tenemos una cultura inmensa, porque tenemos la bandera más antigua de Europa, porque tenemos un himno maravilloso, y no podemos olvidar todo eso. Y para mi Blas Infante es el gran desconocido, y todas las andaluzas o andaluces tenemos que conocer, porque la verdad es que oye mucho a personas que hablan de Blas Infante sin saber, y aprovechan todas las letras de su nombre y hasta su imagen, que es una cosa muy triste, sin saber realmente quién era Blas Infante. Ojalá los andaluces tuviéramos la conciencia, porque hasta eso nos han arrancado, el sistema se ha ocupado de arrancarnos la conciencia de clase, la conciencia feminista a las mujeres, la conciencia de pueblo andaluz… nos lo han arrancado todo en estos 40 años de falsa democracia. Por eso hay que devolverle todo eso a la gente, y que lo sepan, pero es súper difícil porque hay que hacer mucha pedagogía social. Además, se le suma la dificultad del bombardeo de noticias falsas en redes y la estulticia que domina el mundo. Aunque sea complejo, gotita a gotita va calando, y todos estos valores tenemos que ir implementándolos. 

Como te decía empecé en el Partido Andalucista y muy agradecida, pero cuando vi que la deriva del PA no me estaba gustando, y que no era feminista, ni iba por la izquierda que yo considero izquierda, pues no estaban haciendo políticas de izquierda, pues me fui.  Seguí con La Volaera, que no estaba conformada como tal porque esto fue en 2009, pero sí que estábamos trabajando un grupo de mujeres como comentaba antes, y con ellas seguí. Posteriormente a esto me llamó Izquierda Unida, y me presenté en las elecciones locales de 2011 como independiente con IU, más tarde ya entré en Izquierda Unida como tal y el PC, y me fui también. -Ríe María, y continúa explicando- Evidentemente cuando empezó toda la deriva de la unión con Podemos; yo era coordinadora de área de Mujer de IU, de aquí de Granada, y dije que así no íbamos a ningún lado, en el 2015 lo vi claro, y en el 2016 cuando nombraron coordinador general a Garzón lo vi clarísimo, así que en 2017 estaba fuera. 

Luego me llamaron otra vez, yo no he llamado nunca a la puerta de un partido, nunca; entonces me llamó el Partido Socialista de Libre Federación, que se estaba formando, el PSLF, y me dijeron que querían incluir en el proyecto el feminismo, y que querían que me encargara yo. Yo les puse la condición de que nos tenían que dejar a las mujeres hacer las cosas y que todo fuera bajo el filtro feminista, les dije que sí mientras que eso se respetara. Como esto se ha cumplido pues aquí estamos, y estamos luchando desde el feminismo para hacer política feminista. 

P4. Háblanos de la Coalición Republicana Socialista:

R. Pues la coalición se ha disuelto. Se ha roto, se hizo para las elecciones andaluzas, pero ya se ha roto, ya estamos trabajando independientes como PSLF. 

Estamos dando mucha caña, tenemos una cita en abril en Madrid con los pensionistas, en cuestiones de feminismo yo soy la Secretaria Federal de Mujer y estamos trabajando muchísimo a ese nivel, y eso es lo que ahora mismo nos interesa. 

¿Cuál es la perspectiva de futuro?

Dentro del PSLF (Partido Socialista de Libre Federación) tenemos varios concejales y concejalas a lo largo de territorio nacional, estamos ya preparando las municipales evidentemente, y estamos muy orgullosas de la política que se está haciendo en los lugares donde tenemos concejalías, así que estamos potenciando la política municipal. Es lo que nosotras incentivamos más porque la política tiene que surgir desde abajo desde el pueblo, no desde arriba, desde arriba no se hace política. Creemos en que la política tiene que surgir desde las necesidades del pueblo, y eso es lo que intentamos nosotras. El municipalismo para nosotras es lo más importante. Yo me presenté en 2019 de candidata en las elecciones municipales por Granada, y ahora a ver qué va a pasar en las municipales de mayo del 2023, pero ese es el objetivo que tenemos ahora, trabajar el municipalismo. 

¿Por qué es el PSLF una verdadera alternativa de izquierdas?

El PSLF es una verdadera alternativa de izquierdas porque, su propio nombre indica es un partido SOCIALISTA – Lo vocaliza y dice más fuerte, haciendo hincapié- socialistas de Pablo Iglesias Posse, marxista y feminista. Y el partido surge de la necesidad de mucha gente que hemos llegado a la política y ahora nos sentimos huérfanas y huérfanos de siglas, de hecho, hay mucha gente, igual que yo, que vienen de otros partidos desde el PSOE, IU, Podemos… 

Entonces vimos la necesidad de crear el PSLF, para crear y crearnos una alternativa política. Como además el PSOE se cree que tiene el copyright del socialismo, y eso no es así, entendimos que la palabra socialismo tenía que estar presente y con una importancia, y la “Libre Federación” pues la libertad sobre todos los principios, porque es fundamental, y para que se sepa que somos un partido federalista, queríamos que el nombre se definiese por sí mismo. Son unas siglas un poco complicadas de cara a venderlas, lo sabemos, pero creíamos que debíamos explicar lo que somos en las propias siglas. Queremos que sea un partido que sirva como caballo de Troya, fíjate lo que te digo, de este nuevo sistema. Que estas siglas, esta marca blanca digamos, sea el caballo de Troya de todo este sistema de partidos que se ha creado de falsa izquierda y de falso feminismo. 

P5. ¿Qué significa para ti la palabra “colectividad”? 

R. Bueno… colectividad… eh… la palabra colectividad tiene connotaciones buenas y connotaciones malas. Por ejemplo, si decimos “las feministas somos un colectivo”, no perdona, las feministas no somos un colectivo, yo no me considero de ningún colectivo. Las feministas seguimos una doctrina político social con casi 300 años de historia, o sea no somos un colectivo, sin embargo, todos los partidos nos consideran un colectivo. Esta sería una connotación malísima. O como el colectivo de las personas discapacitadas… yo… a mi todo lo que sea “el colectivo”, a mi eso me parece como un circulo ahí denso, como borregos que estamos metidos ahí y nos distribuyen y nos utilizan para unos fines. Me suena muy feo. Pero etimológicamente y como significado tiene un origen bueno, ¿no? Es la agrupación de personas para conseguir un bien concreto, y ahí es donde tenemos que ir, conocer y saber qué fines y objetivos tenemos, saber qué sí y qué no se es un colectivo. Porque la gente está tan dispersa ahora mismo, que no sabe muy bien, está hastiada de la información, entonces es normal que se use mal lo colectivo. Pero esa desesperación que siente la ciudadanía, ese no llego a fin de mes, la luz, el gas, eso es lo que se puede canalizar y luchar en colectividad, ahí sí se puede crear un colectivo y es necesario, esa agitación puede generar conciencia para la lucha y es lo que debe ser. No que unos partidos utilicen la palabra colectivo para confundir y utilizar a la población, que es lo que se hace. Desde el PSLF estamos en contra de utilizar a los colectivos, al revés, queremos que los colectivos nos utilicen, para eso están los partidos. Los partidos políticos tienen que ser un recurso, por sí mismos no son nada, si pierden el objetivo social no son nada, se han convertido en ETT´s, en agencias de colocación, y eso es lo que no puede ser. 

¿Qué significan para ti las demás personas?

¿Cómo las demás personas? Es que no entiendo…  –Hace una pausa larga- 

Es que, es que no hay demás personas. Es que yo soy las demás personas, es que no soy yo y los otros, no. Somos todas las personas, yo soy una mujer, he sido una víctima de violencia machista, soy clase obrera, he sido maltratada por el sistema… entonces no entiendo, lucho por la justicia social. Lucho para que a mi y a todas las personas, que somos las mismas porque sufrimos lo mismo en las mismas carnes, tengamos una justicia social. Es que no soy yo y otras personas por las que lucho, somos las personas, las mismas, con el mismo sufrimiento. Para mi no hay yo y las demás personas… somos las mismas personas, con los mismos fines en una lucha, eso es la conciencia también, por eso te decía antes que tenemos que tener conciencia, para ser personas. Nos han adoctrinado en lo individual, pero para la justicia social hay que tener una conciencia colectiva, de lucha por los mismos fines. Por eso es por lo que yo lucho, por mi y por todas mis compañeras, como decíamos de chicas. – Reímos.- 

P6. ¿Crees que es posible llevar una propuesta política justa sin incluir el feminismo? ¿O incluyéndolo, pero como un mero aumentador de votos y usándolo en favor del sistema? 

La vihen comae, casi ná. – Refiere María, y ríe con sorna.- 

A ver, yo soy feminista, todo lo que no sea pasar por las gafas moradas para mi no es política. Las personas, y sobre todo las mujeres, que somos el 52% de la población, si no tenemos perspectiva y conciencia feminista, y anteponemos unas siglas al feminismo nos dan por saco. O sea, siempre, siempre, la prioridad el feminismo, y luego las siglas. Siempre. Yo me he salido de dos partidos porque no eran feministas, y si me tengo que salir de tres me saldré de tres, no tengo ningún problema. 

No valen unas siglas que no pasen por el feminismo, o que digan que son feministas para ponerse un pin, o una camiseta o salir en un titular. No. A mi no me cuentes titulares, a mi me dices día a día qué es lo que estás haciendo con las mujeres, qué es lo que estás haciendo por la igualdad para mejorar la situación de las mujeres, y cómo luchas contra el patriarcado, eso es lo que me tienes que decir, pero por supuesto lo que me tienes que demostrar. Lo contrario de lo que está ocurriendo ahora, evidentemente. 

Facta, non verba. – Termina María rotundamente.- 

Siempre es un placer hablar, y compartir tiempo, con personas que intentan que la vida de los demás sea un poco más digna y justa. Además, estas citas dejan un sentimiento esperanzador que no abunda últimamente, y es de agradecer. 

Sara Lauper

Periodista.

Un comentario

  1. Qué gran mujer maravillosa se pierden los partidos de izquierdas de chichonabo…
    Muchas como tú necesitamos, María. Te queremos a lo grande, reina!!

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