Infidelidad

Este articulo no va de relaciones abiertas, ni de poliamor, va de la infidelidad como una decisión unilateral dentro de la relaciones sexo/afectivas, independientemente de que sean monógamas, aunque en estás tenga mayor prevalencia. Destacaría, antes de comenzar, la importancia de los acuerdos en las relaciones interpersonales, ya sean afectivas y/o sexuales para que las personas involucradas puedan decidir libremente. Aunque también podemos debatir hasta donde llega el derecho de personas ajenas a saber todo lo que hacemos con nuestro cuerpo y por qué llegamos a crear estos »contratos sexuales» donde cedemos completamente nuestra individualidad e intimidad en pro de crear »la pareja». Más importante que la sinceridad con las demás personas, es la sinceridad con una misma, y muchas veces tendríamos que preguntarnos hasta qué punto pueden ser honestas ciertas promesas, por mucho que nos gusten.
La infidelidad continúa siendo un tabú pero a voces; la mayoría de las personas en todo el planeta han vivido la infidelidad ya sea de forma directa o cercana, así que es importante poner este tema encima de la mesa, ya que se nutre de seguir en la penumbra.

Se supone socialmente que los hombres son más infieles que las mujeres. Pero dado el aumento de infidelidad femenina, en lugares donde las mujeres pueden acceder a más derechos y obtener más independencia, podríamos deducir que las diferencias sexuales en torno a la infidelidad se deben en gran parte a la falta de oportunidades, autonomía y a la diferencia del trato social respecto a la infidelidad masculina, ya que nosotras siempre somos más castigadas. En esto también influye la socialización, en muchos casos para ellos la infidelidad representa ser poco menos que unos »craks», en cambio nosotras siempre somos unas »p*tas». Además muchas veces a ellos se les defiende como si fueran »niños inocentes que no saben lo que hacen», o alegando que »en casa no les dan lo que necesitan», cuando la realidad es que muchas veces la infidelidad tiene más que ver con una/o misma que con otras personas.

Con esto quiero decir que es normal que la infidelidad femenina se dé en menor medida en lugares donde está penada con el exilio, o el castigo físico o incluso con la muerte, no digo en ningún caso que sea algo intrínsecamente feminista o un ejercicio de liberación; aunque sí que diría que pueden haber situaciones en las que se presente como una salida o como una especie de priorización, de recuperar una intimidad propia que parecía perdida en relaciones donde se extravía la individualidad y las personas acaban siendo como una extensión indiferenciable la una de la otra.
También existe el mito de que las mujeres son más infieles emocionalmente y ellos sexualmente. Pero la realidad menos romantizada de la infidelidad femenina es que nosotras también somos infieles sexualmente, y que en muchas ocasiones no se debe a ninguna carencia, o maltrato. A veces no hay una explicación dentro de la relación, sino dentro de las personas. Se dan casos donde a las personas lo que les excita es en sí la infidelidad, para las mujeres la infidelidad también puede tratar de sexo, sin historias románticas/dramáticas detrás. Todas estas historias que nos contamos como sociedad, aunque en situaciones sí puedan ocurrir »telenovelas», también las preferimos porque necesitamos encontrar algún tipo de »justificación» o »explicación» a algo que en muchas culturas y en la nuestra continua un siendo tabú intolerable.

La infidelidad es una acción, no es algo con lo que se nace ni forma parte de la personalidad; de hecho, igual que el compromiso y la fidelidad tampoco son intrínsecos. No voy a entrar en definir si una persona es buena o mala por ser infiel alguna vez en su vida, obviamente sí creo que como personas sociales, no es nuestro mejor comportamiento, teniendo en cuenta también las diferentes circunstancias. Por ejemplo, y esto sí podría ser un juicio personal; no veo con los mismos ojos una infidelidad por parte de una persona que está siendo maltratada que por parte de una persona que ejerce maltrato. O también estaría el caso de los hombres que lo que hacen es irse a explotar sexualmente a mujeres, donde este hecho me parece más problemático precisamente que la propia ‘infidelidad». Pero esto es una perspectiva personal, y estoy segura de que cada persona tiene una, dependiendo además de su »baremo» respecto a lo que representa una »infidelidad», ya que las líneas en muchas ocasiones no es que sean difusas, es que ni siquiera se marcan, se dan por hecho, y depende mucho de donde preguntes el considerar que forma parte de una infidelidad o no, y qué importancia se le da.

La infidelidad es una forma de irresponsabilidad afectiva, pero aunque sea de las socialmente más castigadas, no es la única, ni mucho menos la peor o más dañina, estando otras mucho más normalizadas. La irresponsabilidad afectiva no solo se da en el terreno de las relaciones sexuales, sino también en las relaciones afectivas de amistad o de familia, pero no se ve con la misma importancia mentir a tu »pareja», que mentir a tus padres sobre con quien has quedado o a tus amigas/os, en muchos casos hasta se ve como un acto de »rebeldía e independencia». La irresponsabilidad afectiva es un problema, no un crimen; lo que sí dice es algo de las personas y de nuestra forma de relacionarnos.

También es muy llamativo que dentro de las cosas que suponen una irresponsabilidad afectiva en nuestras relaciones, el termino »infidelidad» se use dentro de la pareja como parte de lo que sería un »contrato o acuerdo sexual» y en otros aspectos católicos; pero no en otras relaciones, por ejemplo, en donde el amor que podemos tener por una amiga, o una madre sea muy fuerte, la traición a estas relaciones no se consideran »infidelidad», aunque también sean vínculos muy importantes, a veces incluso más que la propia »pareja»; entonces hay que preguntarse, ¿porque solo se usa este término dentro de un tipo muy específico de relaciones? ¿Existiría de no existir determinados »contratos sexuales»? ¿Restringir nuestra vida sexual y emocional a una persona en un mundo con 8 miles de millones de personas es natural, es sano? ¿Por qué con las amistades tenemos tan claro que tener una no significa que ya os podéis mudar a una isla desierta sin nadie más?

Prometer amar a alguien toda la vida y no volver a querer tocar a nadie más es tan irrealista como prometerse amistad exclusiva para toda la vida; jamás sabes las vueltas que van a dar las cosas, como vas a cambiar, ni las personas que se van a cruzar en tu camino, o que acabaran tomando otros distintos.
Siempre se habla de «la vida en pareja» olvidando que antes de esta había una vida propia; y esta sigue ahí; no se dice muchas veces de forma literal, pero se espera que al tener pareja te entregues entera a ella, sin ningún resquicio de ti solo para ti. A lo mejor el problema es pretender que no existe, o que no debería necesitarse una vez que se crea esa «vida en pareja», y es cuando vienen muchas veces los problemas, los engaños y las culpas, ¿por qué si lo tengo todo no soy feliz? Porque eso no es todo en la vida, porque nos enseñan que así es, que la pareja es un fin en sí mismo, y la realidad es que la vida sigue, no se para al conocer a alguien con quien conectas y a quien amas, no somos la media naranja de nadie. Debería haber más sinceridad en este ámbito, pero la sociedad con sus mensajes hacen que el hecho de sentir que la pareja no lo es todo te convierte en un/una monstruo, y eso lleva muchas veces a la clandestinidad de estos deseos, en forma de mentiras que de otra forma se podrían hablar y compartir. Sii no fuesen escondidos tampoco serían algo malo per-se. De hecho hay muchas personas que deciden ser »infieles» porque saben que proponer otros modelos relacionales va a chocar frontalmente con el juicio social; para las mujeres en general, da igual si queremos una relación abierta o somos infieles, el resultado es que socialmente seremos unas »zorras».


Parece que si cometes una infidelidad has cometido algo cercano a un crimen, de hecho, como comentaba antes, aún en algunos países para muchas mujeres ser infiel es motivo de diferentes castigos. ¿Por qué? ¿Porque un acto entre dos o tres o cuatro personas o las que sean, destinado sólo y exclusivamente a darse placer, es convertido en una especie de crimen? Entiendo que es una mentira, fallas a alguien que quieres, ¿pero no fallamos a las personas que queremos desde que tenemos uso de razón? Empezando por nuestra familia, porque aunque vivimos en comunidad, somos individuos, tenemos personalidad propia e intimidad, los secretos forman parte de esta; no ser perfecta, o fallar a las personas que queremos en un ámbito u otro es natural y normal.


E igual que en estos otros tipos de relaciones sociales, cuando se hace algo que en principio es legal y sano, pero está prohibido por ejemplo por tus padres; gana un punto de morbo, de adrenalina, endorfinas, y otro gran punto de rebeldía, de reconocimiento de esa individualidad que cada persona lleva dentro.


La mayoría de veces, cuando alguien es infiel no es para hacer daño consciente y deliberado a la otra persona, esa es una consecuencia, pero no es el objetivo ni mucho menos. Como cuando tu madre o tu padre quieren que llegues a cierta hora y te retrasas, no lo haces para que estén llorando hasta que llegues, lo haces porque TÚ como persona individual y libre, en ese momento quieres quedarte y te lo estás pasando bien; no les quieres menos por ello y a tu pareja tampoco la quieres menos por tener un momento de travesura privada que forma parte de tu vida. Realmente sólo tenemos nuestro cuerpo, ¿lo que haces con él o lo que ocurre en él debería tener registro en otros cuerpos ajenos?
Solo en una sociedad patriarcal está más estigmatizado engañar a tu pareja que a tu madre o a tu hermana o a tu amiga.


Hablando de infidelidad las personas suelen centrarse en el aspecto »sexual» de esta, pero diría que donde más falta hay de responsabilidad afectiva y donde más habría que centrarnos como sociedad no es en el sexo en sí, sino en toda la trama de mentiras, secretos e incluso en ocasiones hasta »luz de gas», elementos añadidos que entrañan más violencia que la propia infidelidad, y algo que me parece que el término »infidelidad» esconde dada su carga social y cultural.


Estaría bien preguntarnos por qué sigue dándose tanto en contextos donde está estrictamente criminalizada y la sexualidad está restringida legalmente, como en otros donde las personas tienen más libertad sexual y en principio no necesitarían ser infieles, y menos con otras opciones como la soltería o la »no monogamia ética». Yo, como muchas otras personas, ni sé ni puedo decir si restringir nuestra vida sexual y emocional a una persona en un mundo con ocho miles de millones de personas es natural o sano; lo que sí sé es que es un modelo relacional que a pesar de parecer funcionar para algunas personas, en la mayoría de casos no es así, ya que la infidelidad dentro de la monogamia es un fenómeno global y nada residual.

Vera @demente_rad

Vera

Vera

Fotógrafa e ilustradora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Jose Maria Pedrosa Muñoz.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a WordPress que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Secciones

Temas

Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso.    Más información
Privacidad