La debacle del Partido Andalucista

La debacle del Partido Andalucista.

Para resumir la historia del Partido Andalucista (PA) debemos remontarnos a los tiempos de Blas Infante, trasladarnos a la clandestinidad impuesta por la dictadura Franquista, lo que ya nos da una idea de que estamos ante un partido político y una ideología, podríamos decir, con pedigrí. Siempre marcada por su carácter progresista y reivindicativo de nuestra tierra.

Es en 1984 cuando se adopta el nombre de Partido Andalucista, pues anteriormente fue Partido Socialista de Andalucía (PSA).

  Siendo ya simpatizante, me afilié en el otoño de 1997 en la localidad de Villamartín, provincia de  Cádiz, comenzando así mi andadura política y desde la cual intentaré dar una visión lo más real y objetiva posible, siempre desde la perspectiva de militante, y de los distintos cargos que he ostentado.

Avanzamos a un momento más reciente en la historia del partido, año 1996, por primera vez un partido nacionalista andaluz entra en un gobierno autonómico en Andalucía.

En las elecciones municipales de 1999, comencé de concejala de turismo y mujer en el ayuntamiento de Villamartín; iba la número cuatro, por delante de mí, tres hombres.

Hay que reconocer que fueron momentos estupendos, donde el andalucismo crecía a un ritmo vertiginoso. Mucho tuvo que ver el buen hacer de los andalucistas en La Junta de Andalucía,  donde se pudo demostrar que había otras formas de gobernar, llevando el nombre de nuestra tierra siempre por delante, y haciendo que el sentimiento andaluz se fuera extendiendo por todas las provincias.

En estas mismas elecciones locales (junio de 1999), mis inicios, éramos 545 concejales con 30 alcaldías, el mejor resultado en la historia de este partido, y que nos convirtió en la quinta fuerza política de España.

En esos momentos podíamos llevar a cabo nuestro proyecto político desde las instituciones; con esos treinta ayuntamientos más los concejales andalucistas en la oposición. Hay que añadir que gobernábamos en coalición en la diputación de Cádiz, y en la propia Junta de Andalucía.

 Esta situación la viví de primera mano, como he dicho antes, empecé en junio del 99 con la delegación de Turismo y por primera vez en mi localidad creamos la concejalía de la mujer. El partido me nombra representante del área de la mujer en la FAMP (Federación Andaluza de Municipios y Provincias)  y a nivel de partido formé parte de la ejecutiva local, siendo nombrada secretaria de organización de la Sierra de Cádiz, y secretaria de documentación en la ejecutiva provincial de Cádiz.

Así que por un lado, llevábamos nuestras ideas y forma de gobernar, y por otro lado hacíamos partido, hacíamos andalucismo.

En el año 2000, llevando yo un año de concejala, se presenta al congreso de los diputados por Cádiz: José Núñez, siendo elegido. Esta, sería la última vez que el PA tuvo representación en Madrid; hay que reconocer el papel que representó José Núñez en Madrid; desde que él se fue, nunca más se escuchó a Andalucía con voz propia, el PA representaba única y exclusivamente a nuestra tierra. Cualquier persona que esté leyendo estas palabras puede probar a contar, en cualquier sesión parlamentaria, cuantas veces se pronuncia o se ha pronunciado la palabra Andalucía, ya se lo digo yo, probablemente no la escuche ninguna vez de boca de los más de 60 diputados que aporta Andalucía al Congreso.

Hago un inciso que creo viene a colación por los propios temas que trata Revoleo: en enero del año 2000 Francia aprueba la ley que exigía la paridad entre hombres y mujeres, que finalmente se impuso en 2001; pues bien, en la primavera del  año 2000 la FAMP pide una representante a cada partido político con representación parlamentaria para viajar al país galo a exponer nuestra experiencia y luchar conjuntamente por la igualdad de las mujeres en política en los países de la Comunidad europea: El PA me eligió a mí, y así expuse mi experiencia y escuché la de otras mujeres; las reivindicaciones de las mujeres en materia política seguían creciendo.

En España la Ley de Igualdad se aprobó en marzo de 2007 aplicándose en las municipales y autonómicas del 27 de mayo de ese mismo año.

Vuelvo a mi entorno.

En 2003, en mi localidad pasamos a la oposición y en el 2004 fueron las elecciones autonómicas: Antonio Ortega es el candidato y logramos mantener a cinco diputados en el parlamento andaluz, pero el PSOE andaluz logra mayoría absoluta y por consiguiente gobierna en solitario. Evidentemente cuando se deja de gobernar, un partido como el nuestro, que no tenía la capacidad económica ni mediática del PP o el PSOE se hace mucho más invisible de cara a la población; pero lo que estaba por venir era aún peor, pues el mismo día de este 2004 que se celebran las elecciones autonómicas y generales,  perdimos nuestro único escaño en el Congreso.

Una reflexión: una reivindicación de nuestro partido que nunca se nos concedió era tener las elecciones autonómicas en fechas diferentes a las generales, porque era evidente que el discurso andaluz se perdía en el discurso de España.

¿Qué fue lo que pasó, para que el PA, que crecía, y que tenía ante sí las mejores predicciones de su historia se viera ante una debacle?

Pues lo que pasó fue una desgracia para toda España. Los comicios generales se celebraban el 14 de marzo de 2004, y el 11 de marzo; tres días antes, se produjeron los atentados de Madrid.

Todo el mundo sabe que el voto se polarizó de una manera brutal, la gente se posicionó y los votos se los llevaron los grandes partidos.

Lo que digo ahora es mi opinión, y puedo estar equivocada. O no. En el XIII congreso Nacional, celebrado el 4 de diciembre, el ex alcalde de Écija, Julián Muñoz, gana como Secretario general al que hasta entonces lo había sido, Antonio Ortega, el nuevo equipo de Julián culpa a la ejecutiva anterior de la pérdida de votos.

Automáticamente se retiran todos los integrantes que habían liderado hasta ese momento el partido, empezando por el propio Antonio Ortega; pero lo cierto es que la etapa de Julián Álvarez nunca recuperó lo perdido. Además de que nos llevó a una pérdida de votos tremenda con la consiguiente pérdida de alcaldías, poco quedó en las elecciones municipales de 2007.

Nos habíamos quedado sin representación en Madrid y perdimos los cinco escaños en la Junta de Andalucía. Pasamos a ser un partido simpático; caíamos bien a la gente pero no nos votaban. Nuestro mensaje se había perdido y no calaba en la sociedad.

En 2008 resulta elegida secretaria general Pilar González, que será nuestra candidata a la Junta de Andalucía el 25 de marzo de 2012 obteniendo por primera vez menos de 100.000 votos y se presenta por Cádiz. Personalmente, Pilar me parece una mujer encantadora, amable y educada, y también una persona con muchos intereses personales. No ganó, se marchó, dicen algunos o ella que por presiones internas; lo cierto es que se arrimó al sol que más calentaba; hoy día es senadora por Primavera Andaluza. 

En las elecciones municipales de 2000, en las que me volví a presentar en mi localidad fui de  número dos, por supuesto estas listas eran ya paritarias y en cremallera. En mi localidad ganamos y me otorgaron las concejalías de personal, educación, cultura y turismo; fui nombrada primera teniente de alcalde. En total conseguimos 470 concejales en 282 municipios. En Cádiz se consiguieron dos localidades importantes: Los Barrios, en el Campo de Gibraltar y Puerto Real, en la Bahía. 

Nuestro siguiente secretario general y último dentro del PA fue Antonio Jesús Ruiz Aguilar, que era concejal y teniente alcalde en la localidad del Puerto de Santa María.

Unos meses después de terminar esta legislatura, concretamente el 12 de septiembre de 2015 se disolvió el PA, se creó una comisión gestora cuyas funciones fueron la liquidación del partido y dar cobertura legal a los 319 concejales que quedaban en esos momentos bajo las siglas del PA.

Así acaba la historia de unas siglas, pero no, la de una ideología y un sentimiento como es el nacionalismo andaluz.

A principios de 2016 (en esta legislatura 2015-2019, no ostento ningún cargo público), se crea una plataforma: “Andalucía por sí” a la que nos adherimos muchos  y muchas provenientes del PA, además de una oleada de gente nueva; que posteriormente se materializaría en un nuevo partido político que se definía de izquierdas y partidario del federalismo. Todo este proyecto lo lidera Juaky Bellido. 

Un par de semanas antes de que se promulgara el toque de queda por la pandemia de coronavirus nos reunimos en Vélez Málaga los concejales electos, algo más de cien.     

De nuevo soy concejala en mi localidad, llevando en este caso los Servicios Sociales Comunitarios aunque ya no hemos podido celebrar más reuniones en persona.

Hace pocas semanas celebramos telemáticamente un Congreso Nacional, concretamente el 30 de enero, en el que salió elegido secretario general Modesto González, actual alcalde de Coria del Río.

En este congreso recibimos el apoyo de distintos grupos nacionalistas, que podrían denominarse (algunos de ellos) nuevas corrientes o nuevas sensibilidades como son:

Compromiso por Andalucía, Fundación Savia, Plataforma Andalucía viva, Paralelo 36, Defender Andalucía, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Más País Andalucía, Nación andaluza o Primavera Andaluza. Yo no veo nuevas sensibilidades, pero sí muchos personalismos. Para hacer andalucismo hay que tener en cuenta que por encima de las personas e incluso de ciertos principios, está Andalucía y el sentimiento andaluz como patria.

Ahora está en manos de todos y todas pensar que queremos, y que hay que sacrificar para llegar a las instituciones de forma unida, si no, seguiremos en manos de partidos que están al servicio de la meseta y de sus intereses.

Un comentario

  1. Estimada Antonia, tus palabras no deberían dejar indiferente a nadie, en cada una de ellas evocas esa necesidad imperiosa de que el pueblo andaluz sea reconocido como Pueblo, dejando atrás el vilipendio al que continuamos sometidos desde la meseta.
    La trayectoria del Partido no deja de ser una representación de lo que ocurre en el panorama actual; el miedo vale más que las ideas, y las grandes instituciones usan este método como buenos titiriteros que son.
    Sin duda, me quedo con la siguiente frase: «Para hacer andalucismo hay que tener en cuenta que por encima de las personas e incluso de ciertos principios, está Andalucía y el sentimiento andaluz como patria.»

    Quiero pensar que llegará el día en el que los andaluces y andaluzas nos levantemos y exijamos que se oiga nuestra voz, se reconozca nuestra tierra y se nos otorgue la dignidad que merecemos.

    Seguimos en la lucha,

    Un abrazo

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