Hay una sirena llorando desconsolada
en el fondo del mar
sus lágrimas ardientes ascienden hasta la superficie
cual burbujas de una bebida con gas
y al calor del sol abrasador
se van a evaporar
provocando una nube densa sobre el agua
que los marinos niebla han dado en llamar.
Hay una sirena dorada y triste
que escondida entre rocas
no para de llorar.
Los barcos han perdido el norte
ciegos en la mar
la espesa bruma les impide avanzar
ni los radares, ni las bocinas, ni los espejos
la pueden atravesar
los marinos saben que cuando una sirena llora
no se puede navegar
porque sus lágrimas en forma de vapor
cubren el mar.
Tiene mal de amores
su príncipe de chocolate a la orilla la fue a esperar
y el sol lo ha derretido
solo queda una mancha marrón sobre la arena
que las olas lamerán.
Los marinos están esperando
que la sirena pare de llorar
“No te preocupes sirena- le dicen-
otro príncipe llegará
de vainilla o caramelo
de canela o coral.
Deja de llorar, sirena
que podamos el mar surcar”.
Ya ha salido el sol
el horizonte ya se ve
la sirena tranquila por fin está
su tristeza mece ahora las olas con dulce suavidad
y los barcos navegando van
buscando paraísos
donde las sirenas siempre sonrientes están.
Cuando veas niebla sobre el mar
ya sabes que hay sirenas escondidas en su fondo
llorando sin parar.
Ana Loz
Escritora y Trabajadora Social.
«C’est véritablement utile puisque c’est joli». Extraído de «Le petit Prince», Antoine de Saint- Exupéry.
Un comentario
Sirena🧜🧜♀️🧜🧜♀️🧜♀️ adelante
Me gustado mucho muy sige a enfrentarte