Por Lily al Oeste
Me encantaría empezar este artículo con una introducción donde poco a poco les lleve de mi mano hasta sumergirles de lleno en argumentos que sostengan mi opinión, pero creo que es mejor dar el jarro de agua fría ya y contestar a la pregunta con un rotundo no, no y mil veces no. No se puede separar obra de artista, ¿he dicho ya que “no”? Y ¡ojo! Yo antes me empeñaba en justificar esta ruptura.
Ahora que ya he dado la respuesta, voy a exponerles, de la mejor forma que pueda, el por qué obra y artista no pueden separarse y por qué son un todo.
Para empezar, cabe señalar que hay diferentes argumentos o frases hechas que solemos repetir para justificar esta ruptura. Una de estas frases que hemos creado, aprendido y nos hemos dedicado a repetir es la siguiente: “¿Qué tiene que ver la obra de X artista con su vida? Aprendamos a separar una cosa de la otra”. Repito, “APRENDAMOS A SEPARAR”, es decir, ¿qué? ¿Qué se supone que debemos aprender a separar?
Deberíamos tener en cuenta que los artistas, para empezar, antes de artistas, son personas que pasan por diferentes etapas en sus vidas como cualquier persona de este mundo (niñez, adolescencia, madurez), viven bajo contextos sociales, políticos, filosóficos, etc. que pueden, y de hecho lo hacen, influir en la producción artística de los mismos. Podría, por ejemplo, preguntarles ¿por qué todos los artistas del renacimiento hacían lo que hacían? ¿Por qué buscaban esa “vuelta al pasado, a la raíz”? ¿Por qué se puso de moda? ¿O porque empezaron las difusiones de ideas relacionadas con el humanismo? Es por lo segundo, no por otra razón. De ahí que tengamos obras como el “David” de Miguel Ángel o el “Hombre de Vitruvio” de Da Vinci, no es casualidad, es que todos estaban influenciados y atravesados por la corriente humanística.
Y con esto, me gustaría nombrar a Giorgio Vasari, arquitecto y artista del siglo XVI, considerado el primer historiador de arte, que se dedicó a escribir sobre la vida de los artistas para así justificar las obras de los mismos.
Lo siento, pero considero que aquí no hay lugar, no cabe, eso de “no, pero es algo que creo, es mi opinión” me fastidia, mucho, que el arte en todas sus formas, desde su historia hasta su ejecución (y esto lo sé casi de primera mano porque al final estoy dedicándome a ambas formas) se siga tomando casi como una broma y no como una ciencia más. En palabras de Eugenia Tenenbaum “¿A alguien se le ocurriría decir respecto a la medicina o a la ingeniería aeroespacial “es que yo creo que…”?” A que no, ¿verdad? Porque nos lo tomamos como ciencias de las que no tenemos ni idea, pues reconozcamos que tampoco tenemos muchas veces idea de arte más que saber si algo nos gusta o no, no podemos decir eso de “yo creo que” no, hay estudios, hay un artista detrás y toda una vida vivida con la que justificar sus etapas y obras.
Ahora les invito, antes de continuar, a realizar el siguiente ejercicio:
Creo que todos, o casi todos, hemos visitado un museo al menos una vez en nuestra vida. Pues bien, imaginemos por un momento que vamos al museo y que, tras nuestra visita, hemos quedado con unos amigos para tomarnos un café. Al llegar a la cafetería, nuestros amigos nos preguntan por la visita al museo y nos piden que les contemos qué hemos visto. Imagino que nuestra respuesta se asemejará a la siguiente: “¡Buah! Pues he visto muchísimas obras… algunos Picasso, creo que un Rubens, un Velázquez… Ah, ¡sí! También he visto algo de Goya, no sé, he visto muchas”. ¿Nos percatamos de que lo que nombramos es el nombre del artista antes que el de la propia obra? Y ¡ojo! Hacer esto no es erróneo, creo que nos pasa a todos, retener tantos títulos es un trabajo arduo, que no imposible, pero qué menos que reconocer que lo que hacemos es nombrar al artista antes que a la obra, donde ensalzamos al supuesto “genio” simplemente por ser quién fue y no por lo que pintó, entonces, a esas personas que dicen que lo que les importa es la obra más que el artista les pregunto ¿podemos separar obra y artista?
Además, a este caso añado que cuando leemos en prensa que se ha vendido X obra por tantos millones de euros, lo que realmente se hace es nombrar de quién es la obra, me explico. Nunca, o casi nunca, leeremos algo así como “Se ha vendido Jarrón con doce girasoles de van Gogh por tantos millones de euros”, por el contrario, leeremos “Se ha vendido UN van Gogh por tantos millones de euros”, hasta la prensa nombra antes al artista que a la obra. Y ¿por qué creemos que estas obras se venden por tantos millones? ¿Por lo que aparece representado? ¿O por quien ha firmado? Siento decepcionarles, pero se venden al precio que se venden porque se pone en mayor valor la firma del artista y con ello, todo lo que fue y vivió.
Generalmente sucede que, al enfrentarnos a una obra, en cualquiera de sus posibles manifestaciones, puede ser desde un filme hasta un libro, de manera indirecta (que realmente es más directa de lo que creemos) nos enfrentamos a la persona que está detrás de la misma. Esta obra a la que nos enfrentamos nos podrá gustar más o menos, podremos odiarla como podremos enamorarnos hasta el punto de obsesionarnos con la misma.
En el momento en que una obra nos gusta hasta enamorarnos, la buscamos en la red con intención de deleitarnos o bien para vestir nuestro smartphone con un nuevo salvapantallas. Al hacer la búsqueda, lo más probable, es que nos encontremos no sólo con la obra, sino con el nombre del artista y con gran parte de sus obras.
Hagamos otro ejercicio de imaginación.
Imaginemos por un momento que esta obra de la que nos hemos enamorado se trata de Las señoritas de Avignon de Picasso y por favor, hagamos el esfuerzo por un momento, de que no sabemos nada acerca de Picasso. Al buscar la obra, damos con muchas otras que nos dejan con la cabeza “loca”, caemos rendidos al arte de Picasso.
Pasado un tiempo, teniendo una conversación sobre arte, nombras que te apasiona la obra de Picasso y la persona que está hablando contigo te pregunta si sabías que Picasso era un misógino y un maltratador que, prácticamente, odiaba a las mujeres. Tú, digamos, niegas saber eso porque verdaderamente no lo sabías PERO claramente intentas justificar tus gustos con argumentos como “bueno, pero eran otros tiempos” “en aquella época es lo que se hacía”… con estos argumentos lo que hacemos es intentar justificar el pasado sin tener en cuenta que existe una corriente historiográfica llamada “revisionismo histórico” que es la que nos da herramientas para saber que, por ejemplo, lo que ocurrió en Alemania bajo el mando de Hitler está mal. Entonces, si sabemos esto, si somos capaces de discernir que este hecho del siglo pasado estuvo más que mal, ¿por qué no usamos la misma herramienta para decir que lo que hizo, en este caso, Picasso, está igual de mal?
Pongo otro ejemplo y tiene que ver, ahora, con la moda ¿te puede gustar Hugo Boss? Sí, pero sé consciente de que diseñó los uniformes de los nazis aportando así su granito de arena a la causa, y no, no lo hizo por obligación, es que era nazi, estaba afiliado al partido y lo apoyaba económicamente, llegando a utilizar a prisioneros para la elaboración de dichos uniformes.
Con esto quiero hacer un llamamiento a la conciencia. No se trata de cancelar, es tratar de hacer un ejercicio de sinceridad para con uno mismo y aceptar la realidad de cada artista.
Y déjame decirte algo: no eres responsable de aquellas cosas que te gustan, la belleza es un ente subjetivo, lo que a mí me encanta a ti te podrá horrorizar y viceversa. ¿Te puede gustar una obra de Picasso? Claro que sí, solo hago un llamamiento desde aquí a que seamos realistas y aceptemos la realidad del artista y reconozcamos y señalemos aquellas cosas que hizo y están mal. Contemplemos las obras siendo conscientes de la persona que está detrás que ¡tranquilos! Nadie las va a quitar de los museos, si ésta es tu preocupación, “don’t worry” no sucederá como tampoco se ha cancelado a Woody Allen, por poner un ejemplo cercano a nuestro tiempo, en la industria hollywoodiense siendo un violador y pederasta.
Hablemos ahora de la misoginia que existe también cuando sale esta cuestión sobre separar o no la obra del artista. Normalmente, la gente tiende a separarlo, como hemos visto anteriormente, pero cuando se trata de mujeres artistas… Aquí la cosa cambia. “La obra de Frida Kahlo está dedicada a Diego Rivera y todo lo que sufrió junto a él” “No, es que Artemisia Gentileschi fue violada y claro, de ahí la sangrienta brutalidad con la que representa, por ejemplo, a Judit decapitando a Holofernes” Aquí sí justificamos la ruptura, pero se trata de Picasso o de Duchamp, que prácticamente robó la autoría de una obra, y nadie los señala, es más, buscan justificar la ruptura.
Esta postura un tanto misógina sí que es, ¿no?
¿Por qué es tan difícil entender que no se puede separar obra de artista cuando entendemos que no se puede hacer con Kahlo o con Gentileschi? ¿Qué diferencia existe entre Kahlo y Picasso? Y por poner un ejemplo más, y barriendo un poco hacia gustos propios, podríamos revisar, por ejemplo, la obra de Burton ¿por qué el terror? ¿por qué su cine y sus historias son tan extrañas pecando a veces de extravagantes? ¿Porque sí? ¿O porque de niño veía películas de terror de serie B? Spoiler: es por lo segundo.
Les invito a reflexionar sobre esta cuestión, a que busquen ejemplos sobre obras y artistas que les gusten y encuentren la relación histórica, filosófica, experiencias personales que los llevaron a ejecutar como lo hicieron, o como lo hacen, etc.
Con esto, nos estaremos deconstruyendo un poco más, tarea que sé de primera mano lo difícil que es, pero que conlleva un crecimiento personal asombroso.
Fuentes consultadas:
Tenenbaum, Eugenia [@eugeniatenenbaum] (28 de enero de 2021) El mito de separar obra y artista. [Vídeo de Instagram]
Vogue: https://www.vogue.es/living/articulos/separar-obra-de-artista