Viajar es como los tatuajes. Una vez haces el primero, no puedes parar. O más bien, no debes. Porque cuando viajas tu mundo se mueve. Y ya no vuelve a ser el mismo. Movimiento vital y necesario para el cambio. Cambio que da lugar a progreso. Progreso hacia una vida más feliz. Cada viaje, cada cambio, está lleno de miedos, retos, música, personas, lugares y sentimientos. Todo ello se filtra poco a poco en la biblioteca de nuestras vidas, para confeccionar nuestros pentagramas a gusto del consumidor y así, conseguir la perfecta melodía. A veces sucede algo mágico y viajamos sin movernos de casa, a través de personas. Cuando esto pasa, felicidades, has encontrado tu nueva canción favorita. Canciones que duran horas, meses, o toda una vida. Así que mi consejo es, sigamos viajando. Y que al final de nuestras vidas estemos orgullosas de cada una de las notas en nuestra galería.
ROCÍO RAMOS
Profesora