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Entrevista a Monserrat González Yebra, Directora, Cofundadora y Entrenadora de Fit Lovas

“Para las mujeres que han pasado por una situación de violencia machista, un espacio no mixto vuelve a ser un lugar seguro”.

Monse es Directora, Cofundadora y Entrenadora de Fit Lovas, un proyecto enfocado en el entrenamiento deportivo de la mujer. En un mundo de hombres, su espacio -virtual y físico- no mixto es un refugio al que acudir para recargar energías y rodearse de mujeres cuyo objetivo es estar sanas, sentirse fuertes y capaces y hacer ejercicio desde una filosofía que desafía las imposiciones patriarcales en torno al deporte.

Si, como nosotras, crees que es injusto que los gimnasios mainstream sigan siendo un territorio masculino (y, por ende, machista) y que los entrenamientos “para mujeres” se limiten a cardio y ejercicios de glúteos y piernas (aunque sin pasarse, no vaya a ser que se te ponga cuerpo “de hombre”), te invito a leer nuestra conversación, porque tienes tantas ganas de despatriarcalizar la concepción del deporte como nosotras.

1.- ¿De qué manera el entrenamiento deportivo fomenta la salud física y mental de las mujeres?

A nivel fisiológico, el entrenamiento es crucial para preservar nuestra salud en el corto y largo plazo. Especialmente el entrenamiento de fuerza, que nos ayuda a mantener y desarrollar masa muscular, fundamental para mantener nuestra autosuficiencia y funcionalidad en el día a día, tanto ahora como cuando seamos mayores.

A nivel físico, un aspecto crucial es que el músculo es un órgano endocrino. Una musculatura fuerte nos ayuda a regular nuestro sistema hormonal, particularmente importante para las mujeres debido a nuestra naturaleza cíclica. Y un sistema hormonal bien regulado puede ayudar a prevenir o manejar diversas condiciones (como ovario poliquístico, dolores de regla agudos, etc.), mejorando significativamente nuestra calidad de vida.

Además, el entrenamiento de fuerza mejora la densidad ósea, lo que es crucial para prevenir lesiones, especialmente en la menopausia y posmenopausia. Nuestros músculos actúan como protectores, no sólo del esqueleto, sino también fomentando una mayor densidad ósea.

En cuanto a la salud mental, el entrenamiento desencadena procesos químicos beneficiosos en nuestro cerebro. Se liberan hormonas y neurotransmisores que mejoran nuestra función cognitiva y estado de ánimo, actuando como uno de los mejores antidepresivos naturales.

Finalmente, el entrenamiento tiene un impacto significativo en nuestra autoestima. A medida que nos sentimos más fuertes físicamente, esa fortaleza se traslada a nuestro interior. Los retos constantes que plantea el entrenamiento nos hacen sentirnos cada vez más capaces, aportándonos una confianza que se traslada a otras áreas de nuestra vida.

2.- ¿Podemos afirmar que el entrenamiento de fuerza es el que más beneficios cognitivos y psicológicos conlleva?

Es difícil responder a esta pregunta de manera categórica porque no hay verdades absolutas en el entrenamiento y la fisiología. Hay muchos factores que varían según la persona, su edad y su momento vital, lo que hace complicado sacar conclusiones generales. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que el entrenamiento de fuerza es el único del que NO podemos prescindir. El músculo es un órgano vital del cual no podemos prescindir si queremos mantener una buena salud y calidad de vida a largo plazo.

3.- Debido a la presión social que recae sobre las mujeres en relación con la belleza, es habitual que muchas lleguen al deporte con fines estéticos. ¿Cuál es tu postura al respecto?

Es comprensible que muchas mujeres lleguen al deporte con fines estéticos, dada la constante presión social que enfrentamos. Vivimos inmersas en un bombardeo de publicidad, redes sociales y productos que nos imponen un molde concreto de «cuerpo femenino perfecto». Aunque seamos conscientes de que nuestro valor no reside en nuestra apariencia, es difícil escapar completamente de estas influencias. Esta presión nos lleva, a menudo, a relacionarnos con el deporte desde emociones negativas, viéndolo como un castigo para cambiar un cuerpo que no nos gusta, lo que genera frustración, falta de constancia y, en última instancia, más inseguridades.

En Fit Lovas, reconocemos este problema y adoptamos un enfoque diferente. Nunca juzgamos el cuerpo de nadie ni fomentamos entrenar para alcanzar estándares estéticos irreales. No utilizamos frases como «quemar barriguitas para el verano» o «bajar los postres del fin de semana». Nuestro objetivo es alejarnos de la idea del deporte como castigo o como medio para alcanzar un cuerpo «perfecto» que, en realidad, es inalcanzable incluso para quienes parecen encajar completamente en el molde social.

En su lugar, nos enfocamos en fomentar la superación personal y en que las mujeres se sientan cada vez más fuertes. Conectamos con la sensación positiva postentrenamiento y promovemos el reconocimiento de cada persona por quién es, independientemente de su apariencia física. Creemos que, a medida que las mujeres se sienten más fuertes y capaces, comienzan a validar el discurso de que son mucho más que un cuerpo. Este enfoque les permite salir gradualmente de los moldes impuestos y sentirse valiosas por sí mismas, más allá de los estándares estéticos.

4.- ¿El enfoque del deporte es androcéntrico actualmente?

Si bien el feminismo ha ganado terreno en el deporte, abordando temas como la salud del suelo pélvico y hormonal, aún queda mucho camino por recorrer. El enfoque sigue siendo mayoritariamente androcéntrico, con la mayoría de los estudios realizados en hombres, sin considerar la naturaleza cíclica de la biología femenina.

5.- ¿Por qué crees que los entrenamientos de fuerza dirigidos a la mujer se centran únicamente, normalmente, en el tren inferior, en glúteos y piernas?

Esto lo veo cuando llegan perfiles principiantes a nivel de entrenamiento. Todo el mundo te dice: “no, yo de piernas bien, pero de brazos no tanto”. En nuestra biología no hay un gen que haga que tengamos las piernas fuertes y los brazos débiles. Es cierto que a nivel hormonal tenemos menos testosterona que los hombres, entonces, la posibilidad de desarrollar musculatura en la mujer, ante el mismo estímulo, va a ser menor que la del hombre. De hecho, por eso las competiciones se dividen en las categorías de hombre y de mujer, respectivamente.

Pero, dicho esto, no hay nada que haga que tú como mujer seas floja de arriba y fuerte de piernas. Ahora bien, lo que hablábamos antes, hay un molde que depende de la época. Todavía sigue muy de moda ser mega delgada, pero ahora, con “modelos” como las Kardashian, de repente tener un culo grande es lo que queremos.

Y, más allá de eso, siempre se sexualiza esa parte del cuerpo de la mujer, nuestros glúteos tienen una connotación de cosificación, fruto de que nos están mirando como un cuerpo y no como un ser completo. Además, si tú como hombre ves a una mujer que tiene los brazos musculados dices “igual no me acerco a esta chica”. Entonces, por un lado, está la parte de cosificación de la figura femenina y de la misoginia, y, a su vez, ese punto de seguir queriéndonos sumisas y NO fuertes.

6.- ¿Por qué es importante distinguir entre la biología femenina y la masculina a la hora de planificar las rutinas deportivas?

Porque hay una cuestión real, biológica. Nuestra diferencia es física. Nuestro cuerpo funciona diferente. 

Nuestro sistema hormonal es cíclico, partamos de eso. Los hombres son lineales. A nosotras hay un montón de hormonas que nos afectan en el camino que a ellos no. A su vez, nuestra anatomía es diferente.

Y, más allá del ciclo menstrual o del suelo pélvico, también hay ciertos ángulos, cosas más técnicas, como el ángulo que tenemos en la cadera, por el que tenemos más posibilidades de lesionarnos las rodillas. Hay un montón de factores que realmente marcan una diferencia real con los hombres.  

Atender y contemplar nuestra biología hace que optimicemos nuestro entrenamiento y podamos sentirnos más cómodas. Porque en el momento en que contemplas todas las partes de tu ser, te amigas con lo que eres, te entiendes, te sientes mejor en cada momento porque no estás luchando contra algo que no eres. Entonces, no sólo optimizas tu entrenamiento, sino que te sientes mejor y consigues mejores resultados a nivel de rendimiento. 

7.- ¿Cómo se pueden adaptar los entrenamientos a las necesidades específicas de la biología femenina?

Para adaptar los entrenamientos a las necesidades específicas de la biología femenina, hay que considerar tres factores clave:

  1. Sistema hormonal cíclico: Reconocer que somos cíclicas y adaptar el entrenamiento a cómo nos sentimos cada día. No siempre podemos entrenar al 100% y esto es normal y aceptable.
  1. Anatomía del suelo pélvico: El suelo pélvico femenino es diferente al masculino y requiere una atención especial durante el entrenamiento, ya que las disfunciones del suelo pélvico pueden afectar significativamente la calidad de vida de la mujer (incontinencia, dolores menstruales, molestias en relaciones sexuales).
  1. Consideraciones anatómicas específicas: Por cuestiones anatómicas, las mujeres tenemos mayor tendencia a lesiones de rodilla, por lo que es importante trabajar el glúteo medio y los estabilizadores de rodilla.

Por eso, en Fit Lovas adaptamos el entrenamiento a cada mujer según cómo se siente ese día, incorporamos el cuidado del suelo pélvico en toda la sesión, y tenemos en cuenta estas consideraciones anatómicas específicas. El objetivo es crear un entrenamiento que se adapte a cada mujer, y no al revés.

8.- ¿Cuáles son los principales beneficios de los gimnasios no mixtos? ¿Por qué crees que hay mujeres que los prefieren?

Aquí me gusta puntualizar que un espacio no mixto no se puede generalizar; es decir, hay espacios no mixtos con ciertos valores y otros con otros. Sí es verdad que existen ciertos espacios no mixtos que siguen perpetuando los roles de género, donde se promueve que el entrenamiento que tienen que hacer las mujeres es con mancuernitas rosas y “suaves”, o donde el único tipo de entrenamiento que se ofrece es pilates.

Entonces, ¿cuáles son los beneficios de un espacio no mixto con una filosofía como la de Fit Lovas? Por un lado, que contemplamos la biología femenina, adaptando el entrenamiento a lo que necesita la mujer. Por otro lado, es un espacio seguro para todas que no pone un juicio de valor sobre el cuerpo de nadie.

También, creo que hay muchas mujeres que, por la cultura machista en la que vivimos, han tenido una mala relación con lo masculino, con los hombres, y quieren sentirse más fuertes y luchar contra lo que han vivido. Entonces, para las mujeres que han pasado por una situación de violencia machista, un espacio no mixto como Fit Lovas vuelve a ser un lugar seguro. No podemos olvidar la sociedad en la que vivimos.

9.- ¿Cuáles son las críticas negativas más habituales que se pueden recibir por crear un espacio deportivo no mixto?

Si yo te contara… Desde acusarme de discriminación inversa (“ah, ahora nos discrimináis a nosotros, ¿no?”, “estás haciendo lo mismo de lo que te quejas”, que es la más típica) hasta preguntarme si era lesbiana por tener un espacio sólo para mujeres.

A los hombres nunca se les ha excluido de ningún lugar. Entonces, de repente, sorprende que haya un espacio donde no son acogidos, lo cual no quiere decir que sean rechazados, pero es un espacio que no está creado para ellos. 

Que la gente se saque eso de la cabeza. Tengo novio, convivo con hombres y tener un espacio para mujeres no me hace anti-hombres.

10.- ¿Qué medidas se podrían implementar en los gimnasios mixtos para garantizar un espacio seguro para las mujeres?

Creo que todo se remonta a la educación infantil. Desde pequeñas estamos desplazadas, no sólo a nivel espacial, sino a nivel de actividades. O sea, en los patios del colegio a nosotras se nos promueve jugar a cantar, mientras que ellos juegan a la pelota, hacen un deporte que les invita a superarse, a sentirse más fuertes, más capaces, más veloces. Desde el colegio ya nos inculcan que la fuerza NO es para nosotras.

Crecemos alejadas de cualquier estímulo que represente fuerza o agresividad. Entonces, creo que, si promovemos una educación feminista desde el colegio, eso va a tener impacto a largo plazo en los gimnasios, y va a hacer que el espacio de las mujeres en el deporte sea igual que el del hombre, que el espacio de la mujer en la fuerza sea igual que el del hombre, que los hombres se pongan a hacer push-ups en los recreos ¡y las mujeres también! 

11.- Algunas personas opinan que fomentar los gimnasios no mixtos relega a las mujeres a espacios deportivos secundarios, mientras que los varones disfrutan de todos los espacios “mainstream”, y creen que esto perpetúa la posición de poder masculina y evita solucionar de raíz el problema del machismo en los gimnasios mixtos. ¿Qué responderías ante este argumento?

Estoy a favor del argumento porque yo también estoy a favor de NO huir de los espacios en los que no somos bien recibidas, sino reivindicar nuestro lugar ahí, pero la realidad es más complicada. Como mujer, reivindicar tu lugar en un espacio en que se te excluye es difícil.

Por eso, creo que la sociedad está todavía muy lejos de llegar al momento en que las mujeres nos podamos sentir cien por cien cómodas en todos los espacios mixtos de entrenamiento, y que no todas las mujeres estamos preparadas para ese reto, o tenemos ganas. 

Además, volviendo al tema de las diferencias, a nivel biológico es bueno que contemplemos nuestra anatomía y un espacio exclusivo para mujeres te permite hacerlo con mayor facilidad. 
También me parece que un espacio no mixto como Fit Lovas puede ser un espacio de transición, si tu objetivo es entrenar en un espacio mixto o si te apetece meterte a hacer Crossfit con hombres y mujeres después de coger confianza.

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