El entrenamiento del conjunto abdominal-lumbar y pélvico (CALP) es esencial para todas las personas, con especial énfasis en las mujeres, independientemente de su edad, si son nulípara o multípara o estilo de vida. En una sociedad que suele ser frenética e hiperpresiva, con cambios significativos tanto emocionales como físicos, es fundamental estar preparadas y dar importancia al CALP.
Las mujeres somos especialmente propensas a sufrir disfunciones en este conjunto, pero, paradójicamente, ha recibido muy poca atención en comparación con otros aspectos del bienestar y la salud, quizá precisamente porque somos nosotras las que principalmente estamos afectadas. Esto se refleja especialmente en el entrenamiento de fuerza, donde los entrenadores suelen sentirse perdidos e inseguros al enfrentarse a mujeres con dolores lumbares recurrentes, incontinencia urinaria y otros problemas comunes ya que esta poca atención también se ha evidenciado en la falta del estudio del suelo pélvico más allá del embarazo y post parto, y aún así la formación para este perfil es escasa en formaciones físico deportivas.
Fortalecer el CALP no solo mejora la estabilidad y el equilibrio, sino que también proporciona múltiples beneficios en la vida cotidiana. Aprender a gestionar las presiones que experimentamos diariamente, desde el estrés emocional hasta el levantamiento de objetos pesados, los gritos, estornudos… es crucial para nuestra salud y bienestar general.
Una de las principales causas de las disfunciones del suelo pélvico es la falta de conocimiento. Sin embargo, el aprendizaje y la realización de entrenamientos adecuados pueden mitigar este riesgo significativamente.
Se ha demostrado que entre un 40 y un 80% de las mujeres que practican deportes de alta presión, como CrossFit, sufren de incontinencia urinaria. Esto indica que hay una alta probabilidad de experimentar esta afección, este suceso sugiere que debemos invertir más tiempo y esfuerzo en el cuidado de la salud femenina.
En este caso el problema no es el CrossFit en sí, sino cómo responde nuestro cuerpo a ese esfuerzo. Si no practicamos CrossFit pero tenemos una respuesta negativa a un esfuerzo similar, seguiremos siendo vulnerables a estas afecciones. Por lo tanto, debemos trabajar para fortalecer y preparar nuestro CALP para cualquier tipo de presión a la que nos enfrentemos, ya sea por elección o por circunstancias externas.
A menudo nos encontramos con dos enfoques extremos cuando se trata de entrenar el conjunto abdominal-lumbar y pélvico (CALP). Por un lado, hay quienes promueven un exceso de vulnerabilidad, lo que lleva a casi una negación de habilidades y posibilidades. Este enfoque puede generar miedo, limitando el progreso y afectando la autoestima y el bienestar en general.
Por otro lado, están aquellos que no le dan importancia a este conjunto, ignorando las señales de su cuerpo, como el dolor lumbar, la fatiga del CALP, la pérdida de orina o la sensación de pesadez. Siguen adelante sin hacer ajustes, lo que puede conducir a lesiones o problemas de salud a largo plazo.
Creo firmemente que la clave está en buscar alternativas y realizar un trabajo específico y proactivo. Buscar ayuda y orientación para fortalecer el CALP, sin importar el perfil. Al enfrentar actividades, movimientos o intensidades más complejas, el entrenamiento adecuado nos preparará, fortaleciendo nuestro CALP y permitiéndonos hacer cualquier deporte o actividad que deseemos.
Es importante destacar que, aunque algunas actividades puedan parecer más complicadas, esto no significa que debamos evitarlas. Por el contrario, realizar un trabajo progresivo y constante fortalecerá nuestro CALP, preparándolo para enfrentar cualquier desafío.
Mi recomendación es tener en cuenta la sobrecarga progresiva y detenernos si notamos alguna señal de alerta de que algo no funciona correctamente y para ello es fundamental detectarlas. Trabajar de manera consciente en fortalecer el CALP nos permitirá desarrollar un sistema reflejo y automático que funcionará ante cualquier presión.
En resumen, el equilibrio en el entrenamiento del CALP es fundamental. Buscar alternativas, realizar un trabajo específico y proactivo, y prestar atención a las señales de nuestro cuerpo nos permitirá fortalecer este conjunto y mejorar nuestro rendimiento deportivo y calidad de vida en general.
Considero que entender cómo funciona nuestro cuerpo nos hace protagonistas de nuestra salud, desgraciadamente, en especial nosotras, hemos evolucionado desconectadas de nuestra sexualidad, nuestros órganos reproductivos, nuestro ciclo hormonal y eso conlleva desconectar de las señales y sentimientos de estas partes nuestras.
La importancia de las conexiones entre el cuerpo y la mente no debe subestimarse. A través de estos vínculos, podemos aprender a reconocer, percibir, activar y crear conexiones con diferentes áreas de nuestro cuerpo, como nuestra musculatura profunda, útero, vulva, clítoris y suelo pélvico.
Para entender mejor esta relación, el Homúnculo de Penfield nos muestra la jerarquía de valor que nuestro cerebro otorga a diferentes partes del cuerpo. Esta importancia está directamente relacionada con la cantidad de veces que prestamos atención a estas áreas y que hacemos una conexión consciente entre nuestra mente y nuestro cuerpo.
Por eso, es vital mover, tocar, activar, pensar, visualizar y hacer que estas partes de nuestro cuerpo ocupen el espacio que realmente merecen en nuestro cerebro.
Si no prestamos atención a estas partes importantes, nuestro cerebro puede olvidarse de ellas. Pero si creamos una conexión sólida entre nuestra mente y estas áreas, podemos asegurarnos de que estén siempre presentes y funcionando correctamente.
En conclusión no ignores la importancia de estas áreas de tu cuerpo y haz que ocupen el espacio que se merecen en tu cerebro. Esto no solo beneficiará tu salud física y mental, sino que también puede mejorar tu calidad de vida en general.